lunes, 15 de junio de 2015

LA CULTURA DEL RESENTIMIENTO


1.- Gijón, una ciudad que durante muchos años fue un buen ejemplo de las políticas progresistas, ha quedado ahora como una isla prófuga en la que encuentran refugio las huestes de la maltrecha derecha comandada por Francisco Álvarez Cascos tras las recientes elecciones municipales del 24 de mayo. 

2.- Existió la posibilidad de llegar a un acuerdo progresista al disponer la izquierda de una mayoría suficiente: 7 concejales del PSOE, 6 de Xixón sí puede (la marca blanca de Podemos), y 2  de IU, pero al final no fue posible y la derecha casquista gobernará en la ciudad hasta el año 2019.

3.- Mientras que el PSOE e IU abogaron desde un principio por acordar un programa de gobierno a tres, las huestes podemitas rechazaron esa posibilidad con mil y un disculpas poco creíbles. Más que de medidas para resolver los problemas de los ciudadanos, su principal objetivo era forzar una especie de segunda vuelta de las elecciones mediante una "consulta ciudadana" (sic), desarrollada sin ningún tipo de garantías democráticas, y en la que no se preguntaba por propuestas de gobierno, sino únicamente si los votantes preferían al candidato del Partido Socialista o al de Xixón sí puede.

4.- Participaron en esa "consulta" teledirigida 3.628 personas, que mayoritariamente avalaron, como era previsible, la propuesta de los convocantes. El 24 de mayo habían votado en las elecciones 139.563 vecinos de Gijón. 

5.- ¿Cómo se explica tamaño desatino? La campaña electoral ya había aportado pistas que hacían presagiar la deriva de Xixón sí puede hacia los aledaños de Álvarez Cascos en detrimento de la opción socialista. Uno de sus más cualificados dirigentes, ante las dudas de algunos correligionarios, había expresado en una asamblea un rotundo: ¡Que se joda el PSOE!

6.- En esta lamentable historia no juega un papel menor el "odio/desprecio/resentimientohacia todo lo que significa el socialismo democrático del que hacen gala personas que, dejando a un lado no ya los ideales de izquierdas -materia siempre discutible desde hace ya más de un siglo-, sino algo tan básico como es el uso de la razón, no dudan en preferir un gobierno municipal lindante con la derecha más extrema a otro de izquierdas, aunque ello signifique perjudicar a muchas de las personas que dicen representar y defender.

7.- Así las cosas, más que de un problema político, en el caso de Gijón cabría hablar de "emociones" acumuladas que remiten más bien al ámbito de las pasiones humanas aparentemente incontrolables.

8.- Recientemente, de la mesa en la que voy acumulando algunos libros elegidos "para repasar" surgió de pronto el titulado "Tiberio", del que es autor Gregorio Marañón, y en el que al referirse al resentimiento dice lo siguiente:

"(...) El resentimiento es incurable. Su única medicina es la generosidad y esta pasión puede fomentarse o disminuirse en quien la tiene. Parece a primera vista que como el resentido es siempre un fracasado -fracasado en relación a su ambición- el triunfo le debería de curar. Pero, en realidad, el triunfo, cuando llega, puede tranquilizar al resentido, pero no le cura jamás. Ocurre, por el contrario, muchas veces que, al triunfar, el resentido, lejos de curarse, empeora. Porque el triunfo es para él como una consagración solemne de que estaba justificado su resentimiento; y esta justificación aumenta la vieja acritud. Esta es otra de las razones de la violencia vengativa de los resentidos cuando alcanzar el poder (...)"