viernes, 8 de noviembre de 2019

Crónicas electorales

SOBRE EL FASCISMO Y EL PODEROSO INFLUJO DE LA EXTREMA DERECHA                 

Por Pedro Alberto Marcos


Los ideólogos, politólogos, comunicólogos, sociólogos, abogados de caleya, corre-ve-y-diles y demás turbamulta, tertulianos todos por la bendita gracia de las cámaras, los micrófonos y la pasta gansa que se llevan, andan como locos tratando de ser los más perspicaces en desentrañar las bondades pero sobre todo las maldades de cuantas estrategias adornan a nuestros políticos, y que a su buen saber y entender elevarán a los cielos al futuro Gobierno de España, tratando así de convencer a la afición de un imposible: que tras la tempestad llegará la calma y el 11 de noviembre los ríos serán de leche y miel y todos seremos tan felices comiendo perdices. Ya.
Es muy probable que vuelvan a equivocarse una vez más, pero sea como fuere, sí que hay una certeza, y es que entre esa super motivada caravana de agitadores sociales que continuamente van de los platós de televisión al YouTube, pasando por los estudios radiofónicos, las redacciones periodísticas, el Facebook y el Twiter, hay quienes tratan de vender consejos posiblemente bien intencionados, pero ya saben el dicho: “consejos traigo que para mí no tengo”. 
Abundan por tanto las recomendaciones sobre qué estrategias permitirán ganar las elecciones del domingo y también qué cosas decidirán el voto de los siempre amados indecisos, oscuro objeto del deseo para quienes buscan ir más allá de sus fronteras ideológicas; es decir, todos los partidos. De alguna manera, es la política espectáculo como parte del mercado. Esto “no vende”, dicen, pero en cambio aquello “es interesante y cotiza al alza”. El agitprop elevado a la quinta esencia del saber con su correspondiente resultado demoscópico. Las encuestas, las malditas encuestas que son nuestro alimento. Sin embargo a la hora de la verdad esos tertulianos no son capaces de explicar clara y razonablemente la "profundidad" de sus análisis, limitándose en ocasiones a recursos tan etéreos como las impresiones (ese eficaz “yo tengo la impresión…” con el que tantas veces inician sus peroratas) cuando hay asuntos de extrema importancia que a pocas horas para acudir a votar siguen revoloteando sobre el debate político contumaces, inapelables. Muchos políticos descubrirán en la noche del domingo que estaban equivocados en sus previsiones, incluso las más optimistas, y lo pagarán caro, sin duda, pero ¿y los sabios "analistas" que son capaces de decir y desdecirse, de lanzar sentencias inapelables como si llegase el fin del mundo, de simular que conocen todas las claves o de mostrar ingenuidad paleta? 
Un suponer: la advertencia de que el anunciado ascenso de la extrema derecha no reforzará el voto de izquierdas por la simple razón de que VOX, su partido oficial, NO es un peligro para la democracia. Puntualizan ufanos que el pasado 28 de abril esa misma formación consiguió pocos diputados y que no hay peligro porque son y serán un grupo minoritario. Con esa profunda reflexión vienen a decir: resulta que hace seis meses nos metieron miedo con ¡que viene el lobo!¡que viene el lobo! pero al final resultó ser un cabritu enfurruñau. ¿Sí?¿Seguro? ¿Era una advertencia sin sentido?. Por cierto, y no cabe sorprenderse, que ese análisis/consejo/advertencia en el fondo va dirigido sobre todo al Partido Socialista que fue el que ganó las elecciones hace poco más de cinco meses y que, a tenor de las encuestas, volverá a hacerlo el próximo domingo, 10 de noviembre. 
¿Cuál es la razón de fondo de esa crítica al PSOE y a Pedro Sánchez? Pues según los “analistas" y otras hierbas, porque en las elecciones del pasado 28 de abril los socialistas ganaron las elecciones gracias al “voto del miedo”, azuzando el PSOE con "malas artes" la ingenuidad de los electores progresistas y sacando a pasear el espantajo de que viene la extrema derecha gritando histéricos en cada mitin que era necesario pararles. 
Hagamos memoria. Es cierto que el PSOE en la pasada campaña electoral, junto a sus propuestas de programa, sin duda lo más relevante, quiso combatir una realidad que ya mostraban claramente las encuestas pero también y sobre todo nuestro entorno europeo e incluso allende los mares: al rebufo de las diversas crisis (económicas, políticas, sociales, territoriales, etc) la extrema derecha ha ganado adeptos durante los últimos años en muchos países llegando incluso a dirigir gobiernos o siendo parte de los mismos, y que en España esa tendencia iba a permitirles volver al Parlamento 37 años después de la debacle de Fuerza Nueva, y 20 desde la desaparición del Frente Nacional, organizaciones que se llevó por delante en un caso el arrollador triunfo socialista de 1982 y en el otro el cansancio de Le Pen y compañía hartos de echar dinero a un pozo sin fondo con la peregrina idea de conseguir un grupo de euroescépticos en el Parlamento de Estrasburgo para atrincherarse y organizar desde dentro la voladura de la Unión.

LA EXTREMA DERECHA EUROPEA

Pero no vayamos tan atrás en el tiempo y fijémonos brevemente en la situación actual de la extrema derecha europea y americana.
-Los Gobiernos de Polonia y Hungría están dirigidos por neofascistas.
-En Francia, Italia, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica y Finlandia son la segunda fuerza política, es decir, lideran la oposición.
-En Alemania, Suecia y Grecia los de la extrema derecha son el tercer partido del arco parlamentario; también en Austria, aunque en este caso no son oposición sino que forman parte del actual gobierno. Caso a parte es el UKIP (Partido Independiente del Reino Unido) dirigido por el antieuropeista y radical de derechas Nigel Farage, cuyo populismo resultó clave en el referéndum sobre el Brexit pese a no contar con ningún representante en la Cámara de los Comunes.
Las principales características que definen a la mayor parte de estos partidos de la xenófoba y racista extrema derecha europea son la crítica desaforada a las políticas migratorias, un rechazo al feminismo, a la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, también a los de los homosexuales y a las políticas LGTB, al tiempo que apuestan por un nacionalismo excluyente que impulsa el proteccionismo económico dentro de sus fronteras y, como corolario de esa deriva, a un antieuropeismo radical.
Ese auge de la extrema derecha alcanza también a los dos países más importantes del continente americano: los Estados Unidos con Donald Trump en la Casa Blanca, y Brasil tras la victoria electoral de Jair Bolsonaro.


     En el año 2013, cuando se crea VOX, la extrema derecha europea ya tenía una importante representación en más de una docena de países. Actualmente Marine Le Pen es en Francia la alternativa política a Enmanuel Macron con más del 20 % de votos según las últimas encuestas

TAL COMO ERAN (LOS FASCISTAS ESPAÑOLES)

Con matices y peculiaridades, consecuencia sin duda de la historia política española durante buena parte del pasado siglo XX, la extrema derecha representada actualmente por VOX no es producto de la casualidad sino de un camino iniciado en ya en 1933 por Falange Española, el partido que creó José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador que le dio su apellido y que tras un golpe de estado había gobernado este país entre 1923 y 1930 (1).
El fundador de la Falange comenzó a militar desde muy joven en la Unión Monárquica Nacional, partido heredero de la organización política que había apoyado a su padre durante la dictadura, la Unión Patriótica, pero fue un viaje de corto recorrido pues tras fracasar en su intento de ser diputado en las elecciones de 1931 las ideas fascistas de Benito Mussolini le llevaron primero a colaborar en “Fascio”, una revista que se significó por sus ataques al liberalismo político, y más tarde a crear Falange Española, grupo sectario y marginal que apenas si encontraba eco en la España republicana (polarizada entre la izquierda y el nacionalcatolicismo de la derecha) y que tenía además un marcado carácter insurreccional. Incluso cuando se celebraron las elecciones de febrero de 1936, que dieron el triunfo al Frente Popular, la Falange rechazó integrarse en el Frente Nacional con el que concurrían las derechas. En aquellas elecciones la Falange solo consiguió 44.000 votos en toda España, el 0,7 %  de las personas que habían acudido a las urnas.
Cuando tuvo lugar el fallido intento de golpe de estado contra la República el 18 de julio de 1936, José Antonio ya estaba en la cárcel por posesión ilícita de armas y desde allí trató de liderar la insurrección mediante cartas dirigidas a sectores claves como el militar, exigiéndoles que dejasen de ser neutrales ante un “Gobierno traidor, inepto, cruel e injusto que conduce (a España) a la ruina” y advirtiéndoles que “ha sonado la hora en que vuestras armas tienen que entrar en juego para poner a salvo los valores fundamentales(2). Condenado a muerte por conspiración contra la República fue ejecutado el 20 de  noviembre de 1936, aunque los militares rebeldes ocultaron la noticia durante dos años. Posteriormente, Primo de Rivera sería convertido por Franco en un icono de la lucha contra el marxismo, el comunismo y la masonería, se apropió de su legado ideológico, y pasado un tiempo aquellos que eran considerados “falangistas de la primera hora” pasaron a ocupar un papel secundario y puramente testimonial en la arquitectura ideológica que dio sustento a la dictadura. Una vez finalizada la guerra de España el 1 de abril de 1939 (pese a que incluso dentro del régimen se aceptó como cierto que hasta 1952 la resistencia de grupos aislados de guerrilleros había dejado en entredicho esa verdad oficial), Franco trató de aparentar un total desapego hacia los dos países que más le habían ayudado en su lucha contra el Gobierno republicano, la Alemania de Adolf Hitler y la Italia de Benito Mussolini, actitud que fue a más tras la derrota del eje Roma-Berlín en la segunda Guerra Mundial pero que tal como se ha demostrado posteriormente no era real, de hecho España se convirtió en el país refugio de muchos nazis que lograron escapar y librarse de los juicios llevados a cabo por iniciativa de las naciones Aliadas entre los dirigentes, funcionarios y colaboradores del Tercer Reich alemán. 


Hay además constancia documental de la presencia en España de la conocida como “Internacional Negra”. En 1953 Franco acogió al antiguo coronel de las SS Otto Skorzeny que había sido colaborador directo de Hitler, detenido en 1945 tras el triunfo de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial y juzgado en el Proceso de Nuremberg, pero que logró escapar del campo de concentración de Darmstadt tres años más tarde, reapareciendo públicamente en Madrid en 1953. Skorzeny y el ideólogo nazi León Degrelle trataron de reorganizar desde España el Movimiento Neofascista Europeo. 

NACE “FUERZA NUEVA”

Hubo de esperarse a la muerte de Franco en 1975 para que diversos grupos vinculados a la antigua Falange decidieran reorganizarse frente a la actitud de quienes, desde el propio régimen y sin renunciar a la herencia de la dictadura, pretendían avanzar hacia una democracia limitada en la que la izquierda clandestina no tuviera ninguna presencia. Se hablaba entonces no de partidos sino de “asociaciones”. Aquel intento fracasó y cuando Adolfo Suarez, que había sido nada más y nada menos que Ministro-secretario general del Movimiento en el primer gobierno presidido por Arias Navarro, fue elegido por el rey Juan Carlos para tutelar la Transición, el sector mas ultra de una ya por entonces escuálida Falange intentó resurgir de sus cenizas, creando un nuevo partido político. El origen de aquel proyecto de la extrema derecha era una sociedad editorial nacida en el año 1966, entre cuyas actividades estaba la publicación de una revista llamada Fuerza Nueva. Según explicó en octubre de 1976 su principal impulsor, Blas Piñar, la nueva formación fascista nacía con el fin de “mantener vivos los principios ideológicos del Alzamiento Nacional del 18 de julio” y de la posterior dictadura, utilizaba el lema “Dios, Patria y Justicia” y su principal objetivo era impedir que la dictadura franquista llegase a convertirse en una democracia parlamentaria. 
En las Elecciones Generales de 1977, Fuerza Nueva acude en coalición con la Confederación Nacional de Excombatientes, los Círculos Doctrinales José Antonio y la Agrupación de Juventudes Tradicionalistas, es decir, con los restos del naufragio franquista, pero solo consigue 67.336 votos en toda España y ningún diputado. 
En 1978 se sometió a consulta la Constitución democrática aprobada por las Cortes, votación en la que participaron un total de 15 millones de españoles. La apoyaron con un SÍ el 87,87 % de los votantes, la rechazaron con un NO el 8 % y se abstuvieron el 32 %. Fuerza Nueva, como era previsible, rechazó apoyar el texto constitucional (3).

BLAS PIÑAR LLEGA AL PARLAMENTO

En 1979 volvieron a presentarse a las elecciones generales, nuevamente en coalición con otros grupos de extrema derecha (falangistas, tradicionalistas y ex combatientes), consiguiendo esta vez 378.964 votos (2,11 %) y un diputado, su líder Blas Piñar. Fue posiblemente la mejor etapa de este partido, pues al igual que ocurre ahora con VOX, la asistencia a sus mítines era numerosa, las concentraciones en la plaza de Oriente, en Madrid, para recordar la muerte de Franco concitaban la presencia de antiguos y nuevos simpatizantes de la dictadura, si bien tanta concurrencia y entusiasmo no se correspondían luego con el número de votos.

   Blas Piñar en un acto de Fuerza Nueva. A su izquierda, haciendo guardia, Carlos García Juliá, uno de los fascistas que participó en los asesinatos de los abogados laboralistas de Atocha en el año 1977, que se fugó de la justicia y se encuentra huido en Brasil

En 1982 llegará la debacle para el partido fascista como consecuencia, entras razones, de la reacción de los votantes tras el fallido golpe de estado del 23 de febrero de 1981, pese a que su presencia y colaboración en aquel intento de detener el proceso democrático no pudo demostrarse. Mientras la Unión del Centro Democrático, hasta entonces gobernante, se deshacía en luchas internas y el PSOE lograba una aplastante mayoría absoluta, Fuerza Nueva solo consiguió 108.746 votos (0,52 %) y ningún escaño (4).
 El partido se disolvió, acogotado por las deudas económicas, en noviembre de 1982, tan solo un mes después de celebradas las elecciones, y desde entonces, salvo la irrelevante presencia del llamado “Frente Nacional” (5), la extrema derecha no ha contado en España con ninguna organización que la representara en el Parlamento hasta la irrupción de VOX en abril de este año. Una parte de sus votantes, merced al “voto útil”, quedó subsumida en la Alianza Popular de Fraga, pasando posteriormente al PP de Aznar y Rajoy, mientras que el resto de sus huestes sobrevivían deambulando por asociaciones y fundaciones de corte netamente franquista, minoritarias, irrelevantes, preñadas de sectarismo, pero bien amamantadas en ocasiones por el dinero público.

¡TARANCÓN AL PAREDÓN!

A diferencia del fascismo español de la primera mitad del siglo XX y sobre todo entre los años 1934 y 1945, la extrema derecha que transitó por la última etapa del franquismo, la posterior recuperación de la democracia y hasta el triunfo electoral socialista de 1982, apenas si lograba sobreponerse a su estado de indigencia social y tampoco estaba en condiciones de buscar referencias en el exterior. Hacía tiempo ya que los que habían sido aliados y apoyo de los sublevados contra la República española, es decir, el nazismo alemán, el fascismo italiano, y el salazarismo portugués, no eran un ejemplo a seguir. Los dos primeros tras ser derrotados en la Segunda Guerra Mundial y el tercero, un vulgar remedo del fascismo italiano con su “Estado Novo”, que hubo de enfrentarse a la Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974 llevándose por delante al dictador primo hermano de Franco, Oliveira Salazar.
 Así pues, los más irreductibles herederos de la España “del 18 de julio”, primero falangista y luego simplemente franquista, estaban “solos” frente al mundo. 
Queda dicho que “Fuerza Nueva” gozó de corta vida, apenas seis años (1976-1982), y sus señas de identidad ideológica, la sublevación contra la República y el franquismo, apenas encontraban eco en la sociedad española de entonces. En cambio la participación de sus militantes en diversos atentados ultraderechistas, ya fuese contra políticos de izquierdas, estudiantes, sindicalistas o redacciones de periódicos, fue más que evidente aunque apareciesen bajo otros nombres como Guerrilleros de Cristo Rey o Falange Española de las JONS, muestra inequívoca de la disgregación en la que se encontraban los neofascistas españoles. 

Tarancón, máximo representante de la jerarquía católica española durante la Transición, apoyó abiertamente la Constitución democrática aprobada en las Cortes, algo que los franquistas no le perdonaron nunca. Para ellos, al igual que Suárez o Carrillo, su único objetivo era "romper España"

Lo cierto era que en un contexto en el que la reconciliación nacional llevaba aparejada la recuperación de la democracia y la integración en la Unión Europea, los mensajes de la ultraderecha, ya fuese apelando a que existía un complot para destruir España, tratando de recordar la simbología de la Cruzada contra el marxismo ateo o simplemente fundamentando su doctrina en un acendrado y ya pretérito nacionalcatolicismo, caían en saco roto. Hasta el cardenal de la iglesia católica y Presidente de la Conferencia Episcopal española, Vicente Enrique y Tarancón les resultaba insoportable y llenaron los muros con pintadas bien expresivas: ¡Tarancón al paredón! ¡Franco resucita, España te necesita!. Si a eso se une que los cuadros de Fuerza Nueva o eran jóvenes sin experiencia política o ancianos de la llamada “primera hora” falangista, se comprende mejor que el llamado “voto útil” buscase refugio en las candidaturas de Fraga y compañía abandonando la retórica de hacer frente a los anti-España (los rojos) y el separatismo.
Sin embargo la extrema derecha hubo de enfrentarse a un problema generado dentro de los que se consideraban herederos del franquismo, y es que arrumbada la UCD a causa de sus querellas internas, la única alternativa real al Partido Socialista era Fraga Iribarne con su debilitada Alianza Popular y desde las filas conservadoras ya habían comprobado elección tras elección que ese partido había tocado techo y que por tanto resultaba imprescindible cambiar de estrategia, también de nombre pasando a llamarse Partido Popular, buscar entre los restos de la extinta UCD e integrar a los más radicales, lo que significaba a corto plazo la desaparición de Fuerza Nueva. Tal como recuerda el periodista Mariano Sánchez Soler (6), en ese intento por aislar a los neofascitas de Blas Piñar, aunque por razones bien distintas, coincidieron Fraga y Felipe González; el primero para reunificar a toda la derecha y el segundo para anular a los nostálgicos de la dictadura, y es que tras la muerte de Franco la extrema derecha había intentado organizarse en torno a los deudos del dictador, especialmente su hija, Carmen Franco y su yerno Cristóbal Martínez Bordiú, el marques de Villaverde, que acompañados de Blas Piñar  gustaban de promover movilizaciones en la Plaza de Oriente, en Madrid, e intentar así la continuidad del régimen. Fue un periodo muy breve de tan solo siete años, desde noviembre de 1975 hasta octubre de 1982.

IRRUMPE EL POPULISMO

El historiador Xavier Casals (7), en un interesante artículo sobre la evolución de la extrema derecha en España, recuerda que en  todo este proceso tuvieron igualmente su importancia algunos personajes que aún pudiendo asimilarles por sus actitudes e incluso ideas a la extrema derecha, se cuidaron bien de potenciar un populismo de folklore y espectáculo, a caballo entre el chulo madrileño, el empresario del Opus engendrando sin parar hijos para el cielo, el banquero rezumando brillantina o el quinqui robaperas, todos parte de una ópera bufa que no hacía otra cosa que esconder intereses económicos personales y/o familiares. Deben inscribirse dentro de ese campo las controvertidas personalidades de José María Ruiz Mateos, Jesús Gil o Mario Conde, que con diversa suerte intentaron ocupar un espacio político en el que confluían actitudes radicales a veces antagónicas pero con resultados electorales evidentes. Ruiz Mateos logró dos escaños en las elecciones Europeas de 1989; Jesús Gil asentó sus poderes en la ciudad de Marbella, en Ceuta, así como en diversos municipios de la Costa del Sol, mientras que el ex banquero lo intentó todo, lo ganó todo, pero al final se fue a la mierda. Con la de admiradores que tenía en todas partes, periodistas, reyes, amas de casa. Una pena lo del brillantinas, ya te digo, pero la vida es “asin”.





























EL NACIMIENTO DE VOX

En el año 2013 las cosas no van bien para el Partido Popular, la crisis económica comienza a pasarle factura, la continua aparición en los medios de casos de corrupción también, y el caso Bárcenas significa sin duda un punto y aparte en la historia reciente de ese partido. En diciembre de 2012, antes de descubrirse la contabilidad B y el pago de sobresueldos en dinero negro, la expectativa de voto del PP era del 34,2 %, pero tres meses después ya había caído hasta el 29,7. A partir de entonces las previsiones de las encuestas fluctúan entre caso y caso, porque ya era evidente que la corrupción había anclado con todos sus garfios en el buque insignia de la derecha española. La Gürtell con Correa y el Bigotes, Camps y la trama valenciana, Bankia, Rato detenido,  la Comunidad Autónoma de Madrid con dos ex presidentes en la cárcel, la aparentemente incombustible Esperanza Aguirre bajo sospecha, y Cristina Cifuentes robando crema antiarrugas en un supermercado… Cualquier intento de racionalizar aquel desastre era baldío y comenzó la desbandada por la derecha. El considerado sector crítico, sin gran relevancia, decide tirarse al monte y el 17 de diciembre de 2013 crean VOX con los rostros, entre otros, de Ortega Lara, Alejo Vidal Cuadras, Santiago Abascal, Cristina Seguí, José Luis González Quirós y el incombustible Ignacio Camuñas (exUCD y exPDP), casi todos ellos ya ex militantes del PP. Las crisis llegan pronto y meses después, tras fracasar en las Elecciones Europeas, abandonan Seguí, Vidal Cuadras e Ignacio Camuñas, es decir, la mitad de los que habían sido presentados públicamente como líderes de VOX. En 2014 eligen una nueva dirección y Santiago Abascal recibe casi todos los apoyos como nuevo presidente de la formación. Se presentan a las elecciones en Andalucía en marzo de 2015 pero con 18.017 votos (el 0,45 %) no consiguen ningún diputado. En mayo hacen lo propio en otras 9 comunidades (Asturias, Cantabria, Castilla y León, Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia, Valencia y Canarias) y el resultado es igualmente negativo: ni un solo diputado. En las elecciones municipales la extrema derecha presenta candidaturas en 120 municipios españoles y al final consigue 22 concejales y 2 alcaldías en un total de 13 municipios.

¿LOS VERDADEROS Y ÚNICOS ESPAÑOLES? 

Hay un componente de histrionismo que atraviesa la actitud de los dirigentes de esta extrema derecha irredenta de difícil catalogación. Con ese aire mitad medieval, mitad chulo de playa, están dispuestos a demostrar que ellos son más españoles que nadie, incluso convirtiendo falsos mitos en verdades históricas inmutables, como cuando van a la cueva de la virgen de Covadonga, en Asturias, para iniciar la campaña electoral del pasado mes de abril y anunciar Urbi et orbi que allí comienza nuevamente la Reconquista de España para liberarla del moro invasor, al igual que hiciese don Pelayo entre los años 718 y 722. A estas alturas no hay historiador que sostenga semejante embuste, pero es igual, a los de VOX eso se la suda, porque ellos sí que creen que en el año catapúm tuvo lugar la primera derrota de los musulmanes frente a la cristiandad. Ciertamente, ni siquiera son originales, porque hace la friolera de 85 años, otro político defensor del nacionalcatolicismo, fundador a su vez de la Confederación Española de Derechas Autónomas (la CEDA), Gil Robles, hacía lo propio acudiendo a Covadonga para anunciar con verbo fácil y tronante que “vamos a exaltar el sentimiento nacional con locura, con paroxismo, con lo que sea: prefiero un pueblo de locos a un pueblo de miserables”. A Gil Robles le motivaba mucho en aquel tiempo la parafernalia de inspiración fascista y sus seguidores le recibían al grito de “¡Jefe!¡Jefe!¡Jefe!”, a mayor gloria de Benito Mussolini. Otra cosa es la emotiva conexión ideológica que con frecuencia suele darse en las derechas. Gil Robles se trabajó a conciencia en Covadonga los entusiasmos del fascio, Abascal anunció ante la Santina que la morisca además de ser derrotada será lanzada al mar, y Pablo Casado sin falta de ir a la cueva, durante una visita a la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, hizo lo propio anunciando la nueva Reconquista. Hay que ver qué obsesión guerrera atesoran estos chicos de ahora imitando a sus antepasados fascistas. Cosas de la genética, supongo.

¡GIBRALTAR ESPAÑOL!




En otras ocasiones el patriotismo de pandereta permite escribir guiones que ni Berlanga en su etapa más brillante. 
El 20 de mayo de 2016, fecha que sin duda quedará para la historia, un selecto grupo de militantes de VOX, once para ser exactos, entre los que se encontraban nada más y nada menos que Javier Ortega (a la sazón secretario general del partido) y Nacho Mínguez (presidente de VOX en Madrid) entraron en plan invasión patriótica en Gibraltar para desplegar una bandera de España en la cara norte del peñón, mostrando así su valor y arrojo en defensa de los valores que atesora ese trozo de tierra que nos arrebató la Pérfida Albión. Con espíritu militar, como corresponde, un equipo operativo había realizado previamente una serie de viajes “de información” al lugar donde se desencadenarían los acontecimientos y trazar así el plan correcto. La secuencia de los hechos fue como sigue: Ortega se puso el bañador y bajó a la playa de La Línea cuando amanecía. Tras nadar un buen rato “salí de La Línea, empecé a virar hacia África y, cuando ya no podían verme apunté en línea paralela” entrando en tierras británicas a través de una playa cercana al aeropuerto que es muy frecuentada y al aparecer tan campante en bañador como cualquier otro,  “se mimetizó con el paisaje” y llevó a cabo su plan.
La bandera rojigualda medía 168 metros cuadrados y permaneció extendida en la montaña unos 20 minutos hasta que alguien avisó a la Royal Gibraltar Police y la retiraron, los muy cobardes. Tras ser descubiertos, el presidente de VOX Madrid fue detenido mientras que el secretario general del partido, dando muestras de gallardía y espíritu inasequible al desaliento, volvió a sumergirse en las aguas para huir a nado pues tenía cuentas pendientes con los malhechores que dirigen el peñón: la Policía gibraltareña tenía orden de detenerle por haber retirado en el año 2013 un bloque de hormigón que habían puesto en las aguas y que a ojos de Ortega era una provocación más de los usurpadores. En la Interpol no lo consideran así y mantienen vigente una orden de busca y captura.
Esta magnífica historia se la ha contado el propio protagonista de la hazaña al periódico digital “elespañol.com”, como primicia a un medio con un nombre tan apropiado, y sin duda como muestra de agradecimiento y reconocimiento el periodista nos lo presenta con estas palabras: “Abogado, esbelto, robusto y casi siempre engominado”. Y no sigo porque me emociono.

LA INFLUENCIA DE LOS PACTOS DE VOX 
CON EL PARTIDO POPULAR Y CIUDADANOS 

No hizo falta esperar a las Elecciones General del pasado mes de abril para ver con claridad que el protagonismo de la extrema derecha iba en aumento. El 2 de diciembre de 2018 se celebraron los comicios autonómicos en Andalucía, resultando que con tan solo 12 diputados VOX tenía en su poder la llave para cambiar el gobierno andaluz y supo utilizarlo convenientemente. Formalmente no están en el gobierno pactado por el Partido Popular y Ciudadanos pero sus políticas están muy presentes tal como demostraron el pasado mes de junio cuando se negociaban los presupuestos de esa comunidad. El partido de extrema derecha había asegurado que no aceptaría apoyar las cuentas  previamente pactadas por el PP y Cs si no se recogía la anulación de las ayudas para luchar contra “la violencia de género”, sustituyéndolas por “la violencia intrafamiliar”, tratando así de desnaturalizar la violencia machista. Igualmente, las demandas de este partido sobre la Memoria Histórica fueron aceptadas por PP y Cs. El consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, perteneciente al PP, calificó de “acertadas” las exigencias de VOX. 
Pero no es solo  cuestión de su tenaz lucha “contra el feminismo”, muchas otras políticas, claramente escoradas hacia la xenofobia o el racismo, tienden a cuestionar cualquier medida pública en beneficio de las mayorías, así por ejemplo hace apenas un mes trataron de dejar sin efecto la bonificación de casi un 99 por ciento del coste de las matrículas en la Universidad. El PSOE (el partido que había aprobado tiempo atrás esa medida) y Adelante Andalucía impidieron con sus votos que se aprobase la propuesta de VOX. Un catedrático andaluz de luenga trayectoria democrática no dudó decir entonces: “Están ahí, cierto, y respiran cada vez más fuerte”. 

Los pactos del Partido Popular y Ciudadanos con la extrema derecha tuvieron un notable punto de encuentro en la concentración celebrada en la plaza de Colón, en Madrid, en febrero de este año

-En el caso de la comunidad de Madrid la experiencia andaluza sirvió como trampolín para impedir que el partido que había ganado las elecciones, el PSOE, pudiese gobernar, siendo elegida presidenta Isabel Díaz Ayuso gracias a los votos de su partido, el PP, de Ciudadanos y de VOX. Hoy, las políticas del gobierno madrileño están sujetas a lo que decide la extrema derecha tal como demostró a primeros de octubre Díaz Ayuso cuando en una sesión de control parlamentario cargó contra la Ley de Memoria Histórica (la misma que con Rajoy al frente del Gobierno el PP no se atrevió a suprimir, conformándose con paralizarla) declarando que dicha ley la “espantaba”, acusando al presidente del Gobierno Pedro Sánchez de dividir a los españoles al sacar los restos de Franco del Valle de Los Caídos. Después de asegurar que el PSOE y la izquierda tenían como única hoja de ruta dejar a un lado “la Transición, la bandera, La Corona y la Constitución” se preguntó qué será lo siguiente: “¿la cruz del valle (de los caídos)? ¿todo el valle?¿las parroquias del barrio?¿arderán como en el 36”? Y siguió: “En el año 36 ardieron iglesias, eso es una certeza, una realidad, también que este Gobierno (el suyo) va a hacer todo lo posible para que en 2019 no vuelvan a arder como consecuencia de que haya alguien que quiera imponer su ideología sobre otras”. Rocío Monasterio, portavoz de VOX, le dijo a la presidenta del PP: “Tienen que elegir entre ser cómplices de Sánchez o ponerse en frente e impedir que rompan con el legado de la Transición”. Es decir, VOX, la extrema derecha, reivindica ahora su papel histórico como “garante” de una transición de la dictadura franquista a la España constitucional que entonces combatió con todas sus fuerzas, asesinatos incluidos. Y el PP y Ciudadanos, aplaudiendo. Concretamente, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, de Ciudadanos aseguró en posteriores declaraciones que el gobierno regional madrileño “hará todo lo posible para que no vuelvan a arder las iglesias en 2019”, mostrando así su apoyo a las palabras de Díaz Ayuso. Añadió el cargo de Ciudadanos que esa actitud obedecía a que lo que realmente le preocupaba era “gobernar desde el centro liberal”.

Cuando el Gobierno socialista de Pedro Sánchez consigue sacar por fin a Franco del Valle de los Caídos, mientras VOX y los franquicias montan en cólera, tanto el PP como Ciudadanos prefieren mirar hacia otro lado, como desentendiéndose no solo de lo que significó la dictadura sino también de lo que significa actualmente la extrema derecha 


En esa misma sesión, VOX impidió con sus votos que se leyese en la Asamblea una declaración por las víctimas de la violencia de género. Idéntico destino tuvo una proposición no de ley en la que se pedía al gobierno madrileño que declarase el estado de emergencia climática, estableciendo una estrategia para defender la calidad del aire, animar a los municipios a limitar el tráfico de vehículos en núcleos urbanos de más de 50.000 habitantes, e impulsar una ley contra la Pobreza Energética para garantizar que ningún hogar se vea privado de los suministros básicos por la ausencia de recursos.
Se ha dicho que, en realidad, la extrema derecha no necesita un gran caudal de votos para conseguir sus objetivos y ciertamente los hechos lo están demostrando. En un reciente mitin en Vistalegre con más de 13.500 asistentes, VOX recuperó símbolos del franquismo, fijó como principales objetivos sus más queridas obsesiones, la derogación de la Ley de Memoria Histórica y la Ley de Violencia de Género y se presentaron como los verdaderos revolucionarios del tiempo presente. “Las élites no estaban dispuestas a aceptar que había un partido político que cuestionaba sus dogmas”, dijo entonces Rocío Monasterio, y como la “rebeldía” que propugna su partido la animaba a no callarse nada, añadió: “Nos llaman racistas, xenófobos y machistas, pero lo verdaderamente cierto es que hay cosas de las que solo habla VOX”. Ortega Smith calificó a Pedro Sánchez como “el mayor traidor de España”, mientras que Abascal aseguraba, ya en pleno éxtasis, que “la historia del Partido Socialista es una historia criminal”. Menos mal que estos chicos son de educación selecta, de buenas familias y temerosos de Dios. ¿Y Franco? ¡Ah el Caudillo! Quieren borrar su lugar de honor en la historia de España, quieren arrancarlo del corazón de los verdaderos españoles, de su tumba en el Valle de los Caídos, pero VOX hará cuanto sea necesario para impedirlo. El lenguaje asemeja por momentos al de la época más fielmente germanófila y fascista de Giménez Caballero, aunque Serrano Súñer no le iba a la zaga. Y Franco salió por fin del mausoleo tras una decisión democrática del Parlamento español, ratificada luego por la Justicia y ejecutada por el Gobierno socialista de Pedro Sánchez. 

OLVIDOS Y CAMBIOS DE OPINIÓN
DE LOS TERTULIANOS, ANALISTAS,
POLITÓLOGOS Y DEMAS HIERBAS

-Queda dicho que tras las elecciones generales de abril y las autonómicas y municipales de mayo, VOX contaba con una exigua representación tanto en el Congreso como en las Comunidades Autónomas y  Ayuntamientos, evidencia que hizo exclamar a los conspicuos analistas ¡Ha pasado el peligro! ¡No era el lobo tan fiero como lo pintaba el PSOE durante la pasada campaña electoral!, queriendo mostrar así de paso que la estrategia electoral socialista contra la extrema derecha se había basado en falsedades y exageraciones, tal como habían advertido el PP y Ciudadanos, siempre cogidos de la manita cuando se trata de leña al mono sociata con cara de Pedro Sánchez.
Y sin embargo…
Uno de los hábitos más corrientes de quienes iluminan con su verbo grácil nuestras dudas y temores es que están tan presionados por la imperiosa exigencia de opinar todos los días y a veces hasta dos y tres veces sobre cualquier asunto “político” que mantener el nivel requiere esfuerzo, dedicación y sobre todo capacidad de olvido. Si la vida cambia cada minuto ¿porqué los tertulianos iban a ser distintos? Ayer los de VOX eran unos mataos que daban risa pero al parecer hoy son los triunfadores de este capítulo porque las encuestas les sitúan ya como el tercer partido tras el PSOE y el PP. Estuvieron meses y meses presentando a Ciudadanos como la esperanza blanca del liberalismo que iba a conseguir el bienestar, y mira ahora, andan hechos unos zorros y a Rivera la sonrisa profident se le ha congelado. Y es que con el agite y tal, los “analistas” no han tenido ni tiempo para comprobar que la extrema derecha, a pesar de su exigua representación institucional ha conseguido implantar parte de su doctrina más reaccionaria en comunidades como Andalucía, Madrid o Murcia, así como en numerosos ayuntamientos comenzando por Madrid.



LA “EXÍGUA” REPRESENTACIÓN

Recordemos algunos hechos derivados de esa “exigua” representatividad institucional de VOX:
- Junto a la Fundación Francisco Franco, al abad de la basílica Del Valle de los Caídos y a los sectores nostálgicos del franquismo, VOX ha sido el portavoz oficioso de quienes se oponían al acuerdo del Congreso de los Diputados y a la decisión del Gobierno socialista presidido por Pedro Sánchez de sacar al dictador de su mausoleo.
-Al mismo tiempo que rechazan la Ley de Memoria Histórica aprobada por el gobierno de Rodríguez Zapatero , el secretario general de VOX, Ortega Smith, ha manifestado públicamente que Las 13 Rosas “torturaban, asesinaban y violaban vilmente”.  La mitad de aquellas jóvenes, que tenían entre 18 y 29 años, eran militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas y fueron fusiladas en agosto de 1939 por los sublevados contra la República, cuatro meses después de finalizada la guerra. Paradójicamente, su condena a muerte se justificó por considerarlas “responsables de un delito de adhesión a la rebelión” pero en la sentencia no hay ninguna alusión a los hechos ahora declarados por el secretario general de VOX.
Afortunadamente, tanto las actitudes de VOX como las de la familia Franco quedaron arrumbadas tras la sentencia del Tribunal Supremo avalando por unanimidad la exhumación del dictador sacándole del Valle de los Caídos. Pero recapitulemos ¿cuál ha sido la actitud del PP y de Ciudadanos ante la exhumación de Franco? Desde el principio ambos partidos ya habían dejado muy clara su opinión absteniéndose en el Congreso de los Diputados cuando se aprobó el decreto ley promovido por el Gobierno de Pedro Sánchez, y ahora, tras la decisión del Supremo el PP no ha hecho ninguna valoración política mientras que Ciudadanos ha ido más lejos quitándole importancia. El inefable Rivera, que pretendiendo seguir los pasos de Donald Trump prefiere utilizar Twiter antes que enfrentarse a los periodistas, escribió en su cuenta: “Sánchez lleva un año jugando con sus huesos (de Franco) para dividirnos en rojos y azules”. Ambos partidos han hecho denodados esfuerzos para no hablar de Franco y del franquismo, aunque la irrefrenable Díaz Ayuso no pudo contener su belicoso ímpetu y tras calificar de “estéril” el debate sobre Franco añadió: “como el del aborto y la eutanasia”.

-LAS MALDITAS ENCUESTAS

Retomemos la cuestión central. El pasado mes de marzo, un mes antes de las pasadas Elecciones Generales, las encuestas mostraban un panorama desolador para la derecha e incierto para la izquierda. Los datos políticos más relevantes eran entonces el hundimiento del PP, bajada de Podemos, leves subidas del PSOE y Ciudadanos y la irrupción de VOX en el Parlamento con casi un 10 % de votos y entre 21 y 22 diputados. Y subiendo. Fue entonces cuando el PSOE comenzó a advertir sobre el ascenso de la extrema derecha y la necesidad de hacerle frente con una amplia movilización de la izquierda. Y no se equivocaban porque el 28 de abril VOX consiguió superar los dos millones y medio de votos (un total de 2.677.173, el 10,26 % del censo) y conseguir 24 escaños en el Congreso, éxito relativo que tuvo su contrapunto en un más que evidente fracaso en los posteriores comicios del mes de mayo (Europeas, autonómicas y locales). En la convocatoria al Parlamento Europeo VOX perdía cuatro puntos respecto a las generales y con con la mitad de votos, 1.388.681, se quedaba en tan solo 3 europarlamentarios. 
Sin embargo, los resultados en las elecciones locales permitieron a la extrema derecha influir en las alcaldías de 12 capitales de provincia y conseguir que Ciudadanos plegase velas y aceptase no solo compartir programas y presupuestos sino también incluso formar parte de algunos gobiernos. VOX, pese a su evidente retroceso, consiguió en los ayuntamientos españoles 655.983 votos, tres pequeñas alcaldías castellanas, y 530 concejales, mientras que en las elecciones autonómicas se quedaba con tan solo 25 escaños. Fracasaba en votos con un descenso espectacular pero paradójicamente conseguía mayor influencia sobre el Partido Popular y Ciudadanos, imponiendo programas, pactando presupuestos y desalojando a la izquierda. El “Trifachito”, cuya expresión más evidente había sido la foto de la plaza de Colón dos meses antes de las elecciones, organizando un acto no para defender un programa sino simplemente para “ir contra Sánchez”, se ponía en marcha. La derecha española, siempre renuente a admitir que en España hubo demócratas republicanos y golpistas seguidores del fascismo, decidía unir su destino político y electoral con sus primos hermanos de sangre, los más entusiastas nostálgicos de la dictadura. La experiencia de Andalucía así lo aconsejaba; los pésimos resultados en las elecciones Europeas, Regionales y Locales también.
Pero ahora se repiten las generales y ya casi nadie se cree que VOX pueda ser una simple disculpa para meter miedo porque lo cierto es que pueden doblar su representación y acercarse a los 50 escaños. Menuda broma. El fascismo en su esplendor. 

Y FINAL

Recientemente, el periodista asturiano Gregorio Morán escribió un interesante artículo sobre VOX y Las 13 Rosas en el digital VozPopuli titulado “Una derecha salvaje” en el que terminaba diciendo de la extrema derecha en ascenso: “No son un peligro, son una realidad”. Y solo cabe estar una vez más de acuerdo con él: ya están aquí y hay que pararles con los votos.



(1) El periodo de dictadura dirigido por Primo de Rivera es considerado por algunos historiadores como el primer ensayo institucional para implantar el nacionalismo autoritario en España.

(2) “Carta a los militares de España” dirigida por Primo de Rivera a los altos mandos del Ejército Republicano desde la cárcel de Alicante, con fecha 17 de julio de 1936.

(3) Además de la extrema derecha representada por Fuerza Nueva, votaron NO a la Constitución democrática de 1978  otros grupos nostálgicos de la dictadura franquista como la Unión Nacional Española (Fernández de la Mora), Acción Democrática Española (Silva Muñoz), y Falange Española y de las JONS. También votaron NO algunos partidos de la extrema izquierda o de corte independentista, como la Unión del Pueblo Gallego, Herri Batasuna y la Liga Comunista Revolucionaria. Se abstuvieron el Partido Nacionalista Vasco, Ezquerra Republicana de Catalunya y Euzkadiko Ezquerra. 

(4) Durante esta etapa de la Transición española fueron militantes de Fuerza Nueva, entre otros, el empresario y ex presidente del Sevilla José María del Nido, y Javier Tebas, actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional. 

(5) El Frente Nacional (1986-1993) fue el último intento de Blas Piñar por conseguir que un partido de claro corte fascista pudiese sobrevivir en la España democrática tras la muerte de Franco. Apoyado por diversos grupos de la extrema derecha en Europa, sobre todo por el Frente Nacional francés y por el MSI (Movimiento Social Italiano), en 1987 se presentó a las Elecciones Europeas, consiguiendo 122.927 votos (0,64 %) y ningún eurodiputado. En los comicios de 1989 el resultado fue aún peor, 60.672 votos (0,38 %) sin posibilidad alguna de representación. Fue entonces cuando sus aliados fascistas europeos dejaron de apoyarles económicamente. Al igual que le había ocurrido en 1982 a Fuerza Nueva el partido no pudo asumir sus deudas y quedó formalmente disuelto en 1993.

(6) Soler es autor del libro “La familia Franco S.A.”

(7) “La evolución de la ultraderecha en España: claves históricas y territoriales”. Revista del Real Instituto Elcano, 19/7/2017













jueves, 13 de junio de 2019

Para parar las aguas del olvido



JOSÉ MATA CASTRO: 
El comandante y guerrillero 30 años después

por Pedro Alberto Marcos

El pasado jueves, 13 de junio, se cumplieron 30 años de la muerte en Alès (Francia) de José Mata Castro, un asturiano nacido en La Llave (Güeria de Carrocera) el primero de enero de 1911, y al que las circunstancias de la convulsa vida de la primera mitad del siglo XX llevarían a protagonizar una de las resistencias más notables en la desigual lucha entre la clase obrera (la tantas veces mentada "famélica legión") y los poderosos de diversos signo encaramados en sus dineros y posesiones, más la inquebrantable complicidad de los púlpitos religiosos. 
Mata, que era minero, socialista y republicano, simbolizó durante un tiempo esa parte de la historia que nos robaron, luchando primero en la Revolución de Octubre del 34, más tarde en la terrible y dolorosa guerra de España desencadenada por el fallido golpe de estado fascista de 1936, para finalmente, tras el derrumbe militar republicano, refugiarse en los montes de Asturias durante once largos años en los que fue fugau, guerrillero, dirigente  sindical y reorganizador político. Once años, sí, día tras día (más de 4.000), mes tras mes (132), buscando una esperanza que se tornó imposible por la represión constante de la dictadura pero también por la actitud complaciente con Franco de las principales democracias europeas tras derrotar al nazismo en la Segunda Guerra Mundial. 
Durante ese periodo, y pese a las duras condiciones de supervivencia, Mata lideró el Comité de Monte creado por los socialistas para organizar la guerrilla; recuperó dentro del ámbito político la destruida Federación Socialista Asturiana; y propició la reorganización del Sindicato Minero de la UGT, el SOMA, al que se sentía especialmente vinculado por sus orígenes.
En octubre de 1948, a iniciativa de Amador Fernández Amadorín, y de Indalecio Prieto, se organizó desde Francia una operación que tenía como objetivo sacar a Mata y a sus compañeros del monte y evitar que como otros muchos guerrilleros acabasen en una tumba sin nombre, o en cualquier cuneta, vejados y convertidos por los propagandistas del régimen en vulgares "bandoleros". Tras salir de Luanco en un barco comandado por un nacionalista vasco llamado Lezo de Urreiztieta, lograron llegar a San Juan de Luz, iniciando así un exilio que se presumía breve, pues la idea de todos ellos y especialmente de Mata era regresar a la lucha en Asturias cuando las condiciones lo permitiesen, pero aquel exilio duró finalmente 28 años durante los que volvió a trabajar de minero y a seguir colaborando tanto en la reorganización de la UGT como del PSOE en el exterior.
Su regreso a España tuvo lugar en abril de 1976 cuando asistió como invitado especial al XXX Congreso de la UGT (el primero que se celebraba en España desde 1932), cinco meses después de la muerte de Franco. En aquel viaje tan cargado de emociones encontradas, Mata fue recibido por cientos de personas primero en Barcelona y luego en Madrid (con Felipe González y Alfonso Guerra encabezando una gran manifestación en la estación de Chamartín), reconociéndosele así su indiscutible papel como una de las figuras del socialismo español, ya fuese durante el periodo republicano, en la posterior lucha contra la dictadura franquista y en los años de exilio. De todas formas, el antiguo guerrillero antifascista no se consideró de vuelta a casa hasta que días después del congreso de la UGT pudo regresar a Asturias, pasear por las calles de Oviedo y sobre todo ir a La Llave, su pueblo, para reencontrarse con la familia y también con un entorno repleto de recuerdos y sensaciones tanto tiempo añoradas. 
A diferencia del recibimiento en Barcelona y Madrid, la presencia  de Mata en Asturias, sin llegar a ser descortés, sí que estuvo plagada de prevenciones y miedos, pues ni hubo actos multitudinarios ni tampoco grandes reconocimientos a su trayectoria por parte de quienes dirigían entonces la Federación Socialista Asturiana. Su actuación como guerrillero contra la dictadura franquista, aquella desigual lucha comandando un pequeño grupo de socialistas republicanos huyendo por los montes frente a quienes les superaban en número y en medios materiales, ya fuese la Guardia Civil, la Contrapartida, los chivatos, los espías, o los falangistas, quedaba sepultada por los informes convenientemente manipulados que figuraban en las comisarías franquistas, por los bulos, por la propaganda del régimen, y por el temor  existente aún en una sociedad que ciertamente intentaba romper con el pasado pero que aún desconfiaba de una transición que asegurase realmente la democracia y las libertades. No hubo reproche alguno, sin embargo, por parte del viejo cíclope. Es cierto que a Mata le hubiese gustado ser el alcalde de su pueblo pero al no encontrar la respuesta esperada, y pese a que sus visitas se hicieron frecuentes, la vuelta definitiva a Asturias dejó de ser un anhelo para convertirse tan solo en un sueño imposible. 

                    -CRONOLOGÍA DE UN CÍCLOPE-

  Mata tenía 13 años cuando comenzó a trabajar de "guaje" como ayudante de picador en el pozo Sotón; con 23 años asumió el mando de un grupo de mineros en la fracasada Huelga Revolucionaria de Octubre del 34; a los 26 se echó al monte para organizar la guerrilla tras caer el frente republicano en Asturias; cuando salió en barco hacia el exilio francés tenía 37 años; la primera vez que volvió a pisar su tierra, ya sin necesidad de ser un rojo clandestino, acababa de cumplir 65; finalmente, tras sufrir una enfermedad que le hizo nuevamente niño, murió en Francia a los 78 años. 



martes, 11 de junio de 2019

Ante el fallo del Premio Princesa de Asturias de la Concordia

SOBRE LA BRIGADA DE SALVAMENTO MINERO


Por Pedro Alberto Marcos

Esta semana se decide el Premio Princesa de Asturias de la Concordia y como muchas otras personas y colectivos semanas atrás he dado mi apoyo a la candidatura de la Brigada de Salvamento Minero, una propuesta impulsada por el Montepío de la Minería. 
Al final del breve texto que envié a quienes animan a este objetivo decía así:

"(...) Desde los ojos de la infancia, los de la Brigada de Salvamento eran seres extraordinarios que intentaban salvar las vidas de sus compañeros en condiciones muy difíciles. Pero fue luego, cuando como periodista me tocó informar sobre muchas tragedias ocurridas en las minas de carbón y en los chamizos, cuando de verdad comprendí su importancia y significado.
El Premio Nobel de Literatura Albert Camus habló de los mineros asturianos como cíclopes que salían de las entrañas de la tierra para asaltar el cielo y, siendo eso cierto en 1934, así como posteriormente durante el franquismo, creo que los miembros de la Brigada de Salvamento son hoy el símbolo más auténtico y representativo de aquellos viejos cíclopes".

Y es que al margen de otras consideraciones, sin duda muy legítimas pero que no vienen a cuento, creo que ese Premio a la Concordia  para la Brigada sería el justo reconocimiento nacional e internacional a una labor de muchos años que quienes nos sentimos parte de la cultura minera conocemos muy bien.
Gran parte de mi familia asturiana ha estado ligada, de una u otra forma, a la industria del carbón: Mi abuelo paterno, Manuel Marcos Rosa, emigró desde el norte de Portugal para venir a Asturias y trabajar en una mina de carbón; mi padre, Emilio, fue picador en el pozo "Sotón" hasta que enfermó de silicosis; muchos de mis tíos, primos, vecinos y antiguos compañeros de escuela e instituto, han sido también mineros; mi mejor amigo -se llamaba Blas- y uno de mis tíos -José María Marcos- murieron en sendos accidentes en el interior de una mina; y como corolario he de añadir que los primeros quince años de mi vida se desarrollaron en un entorno impregnado hasta lo más profundo de esa cultura minera, pues la casa de mis padres estaba a apenas cien metros de una explotación minera, el pozo "Venturo", situado en El Valle de La Güeria, en San Martín del Rey Aurelio, precisamente el lugar en el que nació empresarialmente la explotación del carbón asturiano hace ahora 150 años con la mina Les Etelvines. 
Como apuntaba en el texto de apoyo, las circunstancias vitales y profesionales me llevaron a trabajar e informar sobre muchas circunstancias que de una u otra forma conformaron la historia dela industria minera asturiana en su etapa final, ya fuesen negociaciones de convenios colectivos, huelgas, manifestaciones, planes de futuro o simple y llanamente cierre de pozos; pero sobre todo puede volver a vivir de cerca algo que había formado parte de mi infancia, los accidentes en las minas, que aún hoy, pasados tantos años, aún acumulan en la memoria situaciones de extrema dureza, con horas, días y hasta semanas de angustiosa espera cuando tenía lugar en la mina un derrabe, una explosión de grisú, o cualquier otra circunstancia, sin saber nunca si habría o no supervivientes, cuántos los heridos, los muertos, las viudas y los huérfanos.
Es en ese contexto en el que desde un principio surge un nombre que conseguía aunar todas las fuerzas y esperanzas posibles ante la tragedia anunciada: la Brigada de Salvamento.
Cuando mi amiga y colega María Jesús Díez dirigía el suplemento dominical del diario La Nueva España me animó muchas veces a realizar reportajes de historias que ella sabía me interesaban muy especialmente -confianza por la que le estaré eternamente agradecido-, y así fue que escribí, entre otros, el titulado "Brigada de Salvamento Minero: Descenso a los infiernos", que se publicó en febrero del año 1990. Ahora, casi 30 años después, he podido recuperarlo de una raída carpeta roja en la que conviven silentes algunas cosas importantes, tal vez las que mejor le identifican a uno. Y tras la memoria escrita, un deseo: que el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2019 se lo concedan a la Brigada. Atentos.



                 




viernes, 17 de mayo de 2019


CIUDADANOS: 
¿EL VIAJE A NINGUNA PARTE?

Sobre los viajes políticos que se hacen eternos, los aguerridos tránsfugas y otras historias

POR PEDRO ALBERTO MARCOS

Discernir en los tiempos que corren entre el tránsfuga político, el aprendiz de metomentodo descerebrado, o la simple falta de educación democrática, resulta francamente difícil, pero nunca está de más intentarlo.
En tiempos pretéritos, allá por los albores de la Transición, cuando creíamos ingenuamente que una vez muerto el perro se acabaría la rabia, esas situaciones y algunas otras igualmente evidentes por descarnadas, no figuraban en el capítulo de las preocupaciones. El trepa, el chaquetero, el tiralevitas, el acomodaticio, o los que intentaban flotar como un corcho, formaban parte de una amplia lista en la que eran conocidos y reconocidos, estaban localizados y solo engañaban a los que querían ser engañados. La democracia acabaría reeducándoles, decían. 
Tal vez como antídoto, en la sociedad de aquel tiempo anidaba también una especie de encabronamiento generalizado que sancionaba esas actitudes con el desprecio más rimbombante. Que alguien fuese franquista se admitía como una realidad inevitable, pero que un franquista de toda la vida se acostase facha y se levantase de pronto demócrata e incluso intentase dar lecciones a los demás sobre el asunto en cuestión, provocaba hilaridad, cachondeo, mucho jijí-jajá, y cuantos cortes de manga fuesen precisos. 
Lo curioso del caso es que más de 40 años después y tras superar la democracia española numerosas barricadas (intentos de golpes de estado, terrorismo, crisis de diverso pelaje, etc) hay actitudes sobre las que bien merece la pena reflexionar. Un suponer: cuáles son las bases ideológicas de algunos partidos, cómo organizan a sus representantes públicos y de qué forma pretenden convencernos de que son “lo nuevo” y “lo moderno”. 

Fijémonos en Ciudadanos, que cuando nació como partido político en junio del 2006 era “Ciutadans” y cuyo origen fueron un “un grupo de quince intelectuales, profesores universitarios y profesionales de diversos campos” (1) en el ámbito de Cataluña. Los analistas políticos añaden, no sin benevolencia, que “en sus inicios (fue) considerado un partido de centro, (mientras que) en la actualidad se sitúa en el centro derecha del espectro político”.  Hablemos por tanto de ideología.
En ese primer congreso de hace trece años se dio una circunstancia que de alguna manera definía ya la futura forma de hacer e interpretar qué es la política para un partido “nuevo” y sin cultura democrática fehaciente: la Presidencia del partido fue para un desconocido abogado, de 26 años, tras ser elegido bajo la insólita fórmula de un sorteo por orden alfabético de los nombres. Albert comenzaba por la A y por tanto Rivera pasó a ser el máximo responsable. Lo mismo ocurrió con el secretario general, también gracias a la A, cargo que fue para Antonio Robles Almeida. 
De aquella primera etapa del partido naranja se recuerda el papel jugado por Rivera como candidato a la Presidencia de la Generalitat de Catalunya, no por las propuestas electorales y sí por el cartel que mostraba su figura y en el que aparecía parcialmente desnudo.

                                     
                                      El desnudo electoral como novedad

Es cierto por otra parte que Ciudadanos evitó definirse en un principio dentro del esquema izquierda/derecha, y aunque aseguraba defender criterios cercanos a la socialdemocracia y al laicismo, más bien decía identificarse “por hacer frente al ahogo que para el conjunto de la sociedad catalana suponen las políticas nacionalistas identitarias”, es decir, que desde sus orígenes las dudas ideológicas que se planteaban como partido de centro, intentaban compensarse mediante un enfrentamiento radical con los nacionalismos periféricos. Como luego se vería, con los nacionalismos españolistas, incluidos los más radicales, la historia acabaría siendo bien distinta. Pero no adelantemos acontecimientos.

EL BREVE FERVOR SOCIALDEMOCRATA

En su segundo congreso celebrado en junio de 2007 Ciudadanos acordó definirse como “de centroizquierda”, añadiendo además que era un partido constitucionalista, postnacionalista, socialdemócrata, laico, liberal y progresista (2). Un partido “atrapatodo”, dijeron entonces los más críticos.
Curiosamente, en el año 2009 ya saltaron algunas alarmas cuando Ciudadanos decidió presentarse a las elecciones europeas formando candidatura con un partido ultraderechista y euroescéptico. El experimento fue un fracaso absoluto y Ciudadanos no consiguió ningún representante en el Parlamento de Estrasburgo. Rivera pidió perdón por el grave error estratégico que habían cometido al ir de comparsa con la extrema derecha y un año después, entrevistado por Iñaki Gabilondo en CNN+ reiteraba pomposamente que Ciudadanos seguía siendo un partido que oscilaba entre dos corrientes, “el liberalismo social y la socialdemocracia”.
No obstante, esa pulsión por querer abarcar todas las ideologías que Rivera pretendía darle a su partido, dejó por el camino otros hechos igualmente singulares, por ejemplo cuando en el año 2013 crearon la plataforma “Movimiento Ciudadano”, intentando así impulsar su proyecto fuera de Cataluña; se hizo público entonces un manifiesto para movilizar a la “mayoría silenciosa” (sic) y entre los firmantes figuraba  un tal Santiago Abascal, que por entonces ya había dejado de militar en el Partido Popular pero que aún no había creado VOX. El 12 de octubre de 2012, Ciudadanos celebra el día de la Hispanidad con una concentración en Barcelona y allí aparecen en comandita Rivera y Abascal, quien subirá a Twiter una fotografía del acontecimiento con “su buen amigo” Albert.

                           Santiago Abascal y Albert Rivera en el año 2012

Pero el escaso crecimiento del partido fuera de Cataluña y sobre todo la paulatina pérdida de apoyos (entre las elecciones del año 2015 y del 2016, en apenas seis meses Ciudadanos se dejó por el camino 400.000 votos), obligan a una refundación a comienzos de 2017, abandonando definitivamente todo atisbo de relación con el socialismo democrático y el laicismo, y proclamándose ya exclusivamente “un partido de centro, constitucionalista, liberal, aconfesional, demócrata y progresista(3), apoyando la propuesta de su líder, Albert Rivera. No le resultó fácil el camino, no obstante: en el Consejo General del partido, el abandono de la socialdemocracia se aprobó con tan solo tres votos de diferencia (20 votos a favor de mantener el ideario anterior, 23 en contra y 2 en blanco), provocando una fuerte contestación interna liderada, entre otros, por  el diputado Jordi Cañas y la eurodiputada Carolina Punset.
En ese tránsito del centro izquierda al centro derecha, Ciudadanos dejo en evidencia su endeblez y dudas ideológicas, claramente escenificadas en febrero de 2019 cuando acudió junto al Partido Popular y a VOX a concentrarse en la plaza de Colón, en Madrid, para protestar contra el Gobierno socialista de Pedro Sánchez. La foto “de familia” en la que Rivera aparecía junto a Pablo Casado (PP) y Santiago Abascal (VOX) mostraba con toda crudeza la deriva ideológica de un partido que en sus comienzos aseguraba haber llegado a la política española para “regenerar la democracia” y luchar contra “los extremismos”. Muy rápido fue el cambio sin embargo. En Andalucía no dudaron en mostrar que para Ciudadanos era más importante tocar poder, es decir gobernar, que mantenerse al margen de la corrupción sistémica representada por el Partido Popular o de la xenofobia y el racismo de la extrema derecha representada por VOX, y numerosos hechos posteriores no han hecho más que confirmar que aquella foto en Madrid del “trifachito” (con el añadido de un cuarto invitado: Foro Asturias) era en realidad la confirmación de “otra” nueva etapa en ese al parecer inacabable viaje de Ciudadanos por el minado campo de las ideologías.
El que fue durante una breve etapa portavoz de Ciudadanos en las Cortes Valencianas, Alexis Marí, y que  junto con otros tres diputados acabaría fuera del partido, no dudaba en expresar su desconcierto con estas palabras: “nos acostamos siendo socialdemócratas y nos levantamos siendo ultraliberales”. 

                             La foto de Colón: VOX, PP, Foro y Ciudadanos

LAS MENTIRAS POLÍTICAS DE LA DERECHA
Y EL PAPEL DE LOS TRÁNSFUGAS
La mentira de que Pedro Sánchez había pactado con los enemigos de la Constitución para que se aprobase la moción de censura que acabaría desalojando al PP del Gobierno fue un mantra utilizado profusamente tanto por Ciudadanos como por el Partido Popular ¿Tal vez un intento de última hora para evitar la derrota de la derecha en las pasadas elecciones generales? Pues posiblemente no porque el asunto venía de lejos. Un ex militante socialista, convertido de pronto en un radical de derechas con una tarea concreta, desenmascarar las “mentiras” (sic) del PSOE, de nombre Juan Carlos Girauta, lanzaba un twit lapidario en plena agitación anti socialista: “El PSOE solo podrá gobernar con separatistas y comunistas. Piensa en ello”. Resulta curioso lo de “comunistas” cuando es evidente que desde hace años no existe en España ningún partido con representación parlamentaria que responda, ni por asomo, a la vieja ideología abanderada en su momento por el PCE y luego, durante un breve tránsito y tan solo parcialmente, por Izquierda Unida. Pero a Girauta eso le da igual, acusa al PSOE de mentir porque es precisamente él quien utiliza la mentira como arma política desesperada. Colaborador habitual de medios de comunicación tan reputados en la defensa de las libertades y del progreso social como ABC, COPE, 8tv, Libertad Digital y esRadio, de Girauta lo más suave que puede decirse es que el tiempo le ha convertido en un tránsfuga consumado: militó en la maoista Joven Guardia Roja, luego hasta 1986 en el PSC, y posteriormente se fue al PP, partido con el que no consiguió ser elegido en tres convocatorias electorales: municipales en Castelló d’Empuries, año 2003;  diputado al Parlamento de Cataluña, año 2003; y candidato al Congreso de los Diputados por Gerona en el año 2004. Girauta, alentó la teoría de la conspiración del 11M de 2004 defendida por Aznar y todo el PP, aunque finalmente recaló en Ciudadanos presentándose a las Elecciones Europeas en el año 2014 y siendo elegido eurodiputado.  
Recapitulemos el viaje ideológico del inefable Girauta para evitar equívocos: Joven Guardia Roja, Partido de los Socialistas de Cataluña, Partido Popular y, por ahora, Ciudadanos, es decir, cuatro organizaciones políticas y un solo dios verdadero: el transfuguismo. 
En el actual 2019 este buen señor se presentó a las primarias para ser candidato de Ciudadanos por Toledo en las Elecciones Generales, lo que provocó una grave crisis en ese partido con el abandono de más de la mitad de la agrupación de Talavera de la Reina por no estar de acuerdo con el intento. Como muestra de un peculiar sentido del humor, el mismo Girauta señalaría posteriormente en el diario El Pais que su partido, Ciudadanos, era “como un zoo” (4). Pues si hasta él lo dice…

   Un largo viaje: Girauta fue maoista, luego socialista, más tarde del PP y ahora de Ciudadanos


UN LISTADO QUE SE ANTOJA INTERMINABLE

Pero eso de potenciar el transfuguismo no es algo puntual en el partido que dirige Albert Rivera. En la anterior legislatura (2016-2019), nada menos que 11 de los 40 diputados de Ciudadanos, un 27 % del total, eran tránsfugas reconocidos, habiendo ocupado diversos cargos en UPyD, PSOE y PP. He aquí el listado:
- Fernando Navarro (UPyD) 
- Francisco Igea (ex miembro de la dirección de UPyD)
- Marta Martín Angulo (ex candidata al Parlamento Europeo UPyD)
- Toni Cantó (UPyD) 
- El ya mentado Juan Carlos Girauta (PSOE y PP)
- Fernando Maura (ex secretario general del PP en el Pais Vasco y diputado de esa formación desde 1990 hasta 2007)
- Luis Salvador (ex senador del PSOE)
- José Manuel Villegas (JJSS)
- Fidel Prieto (PSOE)
- Miguel Ángel Garaulet (PP). 
- Ignacio Prendes, ex líder de UPyD en Asturias, que se fue a Ciudadanos casi al mismo tiempo que era suspendido de militancia por transfuguismo en UPyD. 
Ciudadanos exige en sus estatutos llevar un mínimo de seis meses afiliado para poder presentarse a unas elecciones, pero ni en el caso de Prendes ni en el de muchos otros se cumplió esa norma. 

                                  Ignacio Prendes, diputado por Asturias

LAS ELECCIONES PRIMARIAS PARA ELEGIR CANDIDATOS
COMO UNA FUENTE CONTINUA DE PROBLEMAS
Por otra parte, las primarias ante las elecciones del 28 de abril de 2019 fueron un calvario para Ciudadanos, bien por llevarse a cabo votaciones bajo sospecha o simplemente por impedir que se presentasen candidatos que no eran del gusto de Albert Rivera, poniendo así entredicho su democracia interna. 
Algunos de esos casos ocuparon abundante espacio en los medios informativos, ya fuese en Madrid, Cataluña, Castilla y León, Castilla La Mancha, Málaga, Baleares, Galicia o Cantabria. 
Uno de los más notables fue el de Silvia Clemente, hasta febrero de 2019, Presidenta de las Cortes de Castilla y León en representación del Partido Popular.  El 21 de febrero hizo pública su renuncia tanto a la Presidencia, como al escaño y a la militancia en el PP, pero tan solo tres días después anunciaba su ingreso en Ciudadanos así como su candidatura a las primarias del partido naranja para presidir el gobierno de Castilla y León al contar con el apoyo de la dirección regional y nacional. Sin embargo todo el montaje se vino abajo al saberse que Silvia Clemente había ganado las primarias de forma fraudulenta tras recibir 82 votos de una misma persona, por lo que su intento de transfuguismo quedó en nada. 
-No fue menor el escándalo provocado por Ciudadanos con el fichaje express de Ángel Garrido, ex presidente de la Comunidad de Madrid por el Partido Popular, tan solo cuatro días antes de celebrarse las Elecciones Generales del 28 de abril. Garrido, que había sustituido a Cristina Cifuentes en mayo de 2018 por el escándalo del master y que dirigió la comunidad madrileña hasta el pasado 11 de abril, nunca había expresado la menor disidencia con la dirección del PP, y de hecho, cuando se hizo público que se iba a Ciudadanos, el B.O.E. ya había publicado su nombre como número cuatro de la candidatura de los Populares al Parlamento Europeo. Tras este repentino viaje, pasando en tan solo unas horas de un partido a otro, Garrido volverá a ser diputado en la Asamblea de Madrid al ocupar el puesto número 13 en la lista de Ciudadanos que se votará el próximo 26 de mayo. Lejos parecen quedar ya los tiempos en los que el nuevo militante criticaba en público “la evanescente ideología” del partido naranja que ahora le acoge con entusiasmo. Pese a que el “chotis” ha vuelto a ser la música de fondo en la política madrileña provocando todo tipo de emociones era difícil imaginar que la realidad llegara a convertirse en semejante vodevil.


Garrido y Cristina Cifuentes cuando eran del PP


Garrido abandona el PP y se va a Ciudadanos

LA CUADRATURA DEL CÍRCULO:
TRÁNSFUGAS DE DOBLE MILITANCIA
Y es que, ciertamente, hay gente que no corre, sino que más bien vuela, como por ejemplo Teresa Giménez Barbat. En el año 2016, la europarlamentaria de UPyD no llevaba ni dos semanas en el cargo cuando decidió pasarse a la delegación de Ciudadanos en la Cámara europea, con el añadido de que su decisión era mantener la militancia en ambos partidos. Por si las moscas. 
El caso es que la lista se agranda y en la candidatura de Ciudadanos al Parlamento Europeo florecen como por encanto los tránsfugas. Otro de los casos más notables es el de la ex portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados y ex secretaria de Estado, Soraya Rodríguez. El apoyo del Grupo Socialista al PP, absteniéndose en el Congreso durante la votación que daba la Presidencia del Gobierno a Mariano Rajoy, provocó heridas muy profundas pero fue también un revulsivo para el PSOE, devolviendo la dirección a Pedro Sánchez e iniciando una nueva etapa que acabaría llevándole a La Moncloa. Soraya Rodríguez nunca aceptó formar parte de la actual etapa socialista y sabía que su presencia en el partido como cargo público era, más que difícil, prácticamente imposible. ¿Qué hizo entonces? Esperar a que finalizase la legislatura con la disolución de las Cortes el 6 de marzo de 2019, y anunciar públicamente ese mismo día que se daba de baja del PSOE. De inmediato comenzaron los rumores que la situaban en Ciudadanos y si bien ella lo desmintió tímidamente al principio, cuatro semanas después, el 2 de abril, se anunciaba oficialmente su fichaje por Ciudadanos y que iría de número 3 de la candidatura europea.
Soraya Rodríguez había ocupado cargos públicos representando al PSOE desde el año 2000, es decir, 19 años.
¿Caben aún más “viajeros/tránsfugas” en el tren europeo de los naranjitos? Por supuesto que sí. Un suponer, don José Ramón Bauzá, ex presidente de las Islas Baleares, ex presidente regional del PP, ex alcalde, y ex senador, tan solo 48 años de vida pero en los que atesora ya 24 con cargos públicos. No caben las sorpresas: Bauzá es ahora el número 5 en la lista de Ciudadanos al parlamento europeo.
 Y la lista sigue. Joan Mesquida, 57 años, militante del PSOE, partido con el que fue sucesivamente: diputado regional, Consejero de Hacienda, diputado nacional, Director de Infraestructuras en el Ministerio de Defensa, Director General de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía, y finalmente Secretario de Estado de Turismo. El pasado año, en abril, se dio de baja del PSOE “por su apoyo al independentismo” y siete meses después anunciaba su nueva militancia en Ciudadanos. Desde el pasado 28 de abril, Mesquida es diputado en el Congreso por Baleares.


                        El ex presidente de Baleares con el PP, José Ramón Bauzá


                            Bauzá, tras fichar por Ciudadanos


LLEGAN LOS ULTRAS

-No fue menor el problema de Ciudadanos al visualizarse el hundimiento del PP a causa de la corrupción pues una de las consecuencias fue que de pronto comenzaron a llegar al partido de Rivera nuevos y entusiastas afiliados. Ya hemos visto que muchos llegaban para “colaborar con el proyecto” (sic), pero luego resultó que había también otras motivaciones. Y todo porque grupos ultraderechistas creyeron encontrar en el “nuevo” partido “atrapatatodo” el cauce ideal para mostrar sus poderes. Tal como avanzábamos al comienzo de este reportaje, algunos antecedentes ya habían mostrado ciertas contradicciones inconvenientes para un partido que se definía como socialdemócrata y progresista. En el año 2009 Rivera no tuvo ningún problema en acudir a las Elecciones Europeas dentro de una Plataforma llamada “Libertas” en la que participaban activamente grupos ultraderechistas europeos financiados por el multimillonario irlandés Declan Ganley, cuyo objetivo era llevar al Parlamento Europeo un grupo euroescéptico y anti abortista (5)
Al final, aquel viaje con la extrema derecha de Libertas fue un absoluto fracaso y la candidatura tan solo consiguió en España 22.903 votos, el 0,15 por % de los emitidos.
Esa misma conexión con la extrema derecha volvió a vivirse en Ciudadanos poco antes de las elecciones municipales y autonómicas del año 2015. Así, por ejemplo, en la candidatura al Ayuntamiento de Gijón, el número 11, Agustín Pérez Loriente, no dudó en presentarse públicamente como falangista y admirador de Adolf Hitler, de José Antonio Primo de Rivera y de la División Azul (6). No era el único: en Murcia el número 12 de la candidatura de Ciudadanos ya había sido candidato a la Presidencia de esa comunidad por Falange Española y de las JONS, formación con la que también se había presentado como candidato al Senado en el año 2008. En Totana, también en tierras murcianas, el número 2 de la candidatura naranja, Juan Carlos Carrillo, se definía igualmente como “falangista” en las redes sociales, mientras que en la localidad madrileña de Valdemoro, el número 10 al Ayuntamiento  ya había concurrido a otros comicios como militante de Falange Española Independiente y Falange Auténtica. Y en el mes de abril de 2015 la dirección de Ciudadanos se vio obligada a constituir una gestora en Getafe, tras comprobarse que un grupo de ex miembros de Falange y de España 2000, formaciones ambas de extrema derecha, intentaban controlar la agrupación.

 ALBERT RIVERA Y ROSA DÍEZ:
DOS PRECURSORES ENFRENTADOS
Ese trasvase continuo de personas que van de un partido a otro es para al Presidente de Ciudadanos no solo algo normal sino un impulso positivo, motivador, toda vez que él mismo ha sido protagonista de actitudes similares, sin duda legales, puede que en algunos casos también comprensibles, pero que no dejan de sorprender por la innegable volatilidad de las ideas que evidencian. Así, por ejemplo, Albert Rivera se afilió al sindicato socialista UGT en 2002, el mismo año en el que había solicitado su ingreso formal en las Juventudes del Partido Popular. Del sindicato se dio de baja en abril de 2018 por considerar que la UGT se había “politizado” mientras que su pertenencia al PP fue reiteradamente rechazada tanto por él como por sus portavoces, negativa que quedó en evidencia cuando primero “El Periódico” y luego “El Confidencial” hicieron pública una fotocopia de la ficha de afiliación correspondiente (7). 



Hay paradojas sin embargo. Y es que en este aquelarre de idas y venidas, de reafirmaciones altisonantes o huidas en desbandada, algunos nombres ya mostraban el camino. Un suponer, Rosa Díez,  militante de la UGT y del Partido Socialista de Euskadi, que fue consejera del Gobierno Vasco, portavoz socialista en el Parlamento Europeo, y aspirante fallida a la secretaría general del PSOE frente a Zapatero, Bono y Matilde Fernández. De posible jefa de un partido (si los militantes socialistas la hubiesen votado) a dejarle en la estacada siendo eurodiputada del PSOE y crear luego otro, Unión Progreso y Democracia (UPyD), del que ella fue jefa indiscutible pero al que también acabó abandonando al pedir su baja en el año 2016 después de una fuerte y autodestructiva derrota electoral y tras 32 años de vivir de la actividad política pública.
Así pues, Rosa Díez fue un caso verdaderamente ejemplar al ser primero impulsora y luego víctima del transfuguismo, en este ultimo caso a manos de Ciudadanos que acabó merendándose a UPyD. Fue sin duda una especie de fría venganza a cargo de Albert Rivera: cuando tan solo un mes después de abandonar el PSOE Rosa Díez puso en marcha UPyD no lo hizo en solitario sino acompañada de un centenar de militantes de Ciutadans que no estaban de acuerdo con Rivera en la forma de dirigir el partido nacido en Cataluña diez años antes.
Cuando en los días previos a las últimas elecciones generales del 28 de abril se conoció el salto inesperado de Ángel Garrido, ex Presidente de la Comunidad de Madrid por el PP y candidato de ese partido a las próximas elecciones, yéndose a Ciudadanos, la ex dirigente de UPyD fue lapidaria en sus opiniones: “Ir en la lista de un partido y pasarse luego a otro es puro transfuguismo. No habría tránsfugas si no hubiera partidos que promovieran y premiaran esa práctica”. 
Rosa Díez es hoy una persona muy cercana políticamente al Partido Popular. 

          Rosa Díez ex militante del PSOE, ex militante de UPyD, apoya ahora al PP


PARTIDO BUITRE/PARTIDO DE LOS INDIGNADOS

Como acertadamente dejó escrito el periodista Manuel Jabois (8), Ciudadanos corre el riegos de convertirse en el verdadero partido de los indignados, pero indignados porque les quitaron la silla, el cargo, el dinero, el pequeño o gran poder. 
Históricamente, en lo que se refiere a la recuperada democracia española, el transfuguismo comenzó con la UCD y al  grito del ¡sálvese quien pueda! de los franquistas (los famosos “cambios de chaqueta”), yendo a más con la voladura interna del partido de Adolfo Suárez.
Un interesante reportaje de José Antequera en Diario 16 (13 marzo 2019) permite profundizar sobre las prácticas más habituales de los tránsfugas, comenzando por el célebre “Tamayazo” cuando dos diputados socialistas, Eduardo Tamayo y Maria Teresa Sáez, le regalaron la presidencia de la Comunidad de Madrid a Esperanza Aguirre en el año 2003, con intervención desde las sombras de sectores empresariales ligados a la construcción. 
Hubo más casos de transfuguismo, protagonizados entonces por el PP: Eduardo Zaplana (hoy presunto delincuente económico y ante serios problemas con la justicia) llegó a la alcaldía de Benidorm en el año 1991 gracias al voto de una tránsfuga del PSPV, Maruja Sánchez.  
Otro periodista, que además ha dado reiteradas muestras de simpatía y apoyo a Albert Rivera, José Antonio Zarzalejos, escribía dos días antes de las pasadas Elecciones Generales lo siguiente: “El partido de Rivera se comporta como un receptor político de tránsfugas con escasísimo -¿nulo?- valor añadido y buitrea en términos políticos.” Y añadía, lapidario, aludiendo a casos como los de José Ramón Bauzá (ex PP), Soraya Rodriguez (ex PSOE) o Silvia Clemente (ex PP): “…estos fichajes tienen un denominador común: son políticos, por unas razones u otras, rebotados, (que) no guardan ni siquiera un periodo de carencia, un tiempo de duelo”.


       Soraya Rodriguez y Rivera tras anunciar la ex diputada socialista su acuerdo con Cs


¿QUIÉN APOYA A CIUDADANOS DESDE LAS SOMBRAS?
¿CUÁL ES EL PAPEL DE LOS LLAMADOS PODERES FÁCTICOS?

Es de público conocimiento que los poderes fácticos que de una u otra forma tutelan y muchas veces dirigen la vida económica, social y política española prefieren que gobierne la derecha y que para conseguir ese objetivo están dispuestos a modular sus apuestas y apoyos. Por razones ideológicas la opción habitual es un partido como el PP pero en situaciones como la actual están dispuestos a permitir gobiernos moderados de centro derecha. El PP es un partido desprestigiado por la corrupción y necesita a ojos vista una refundación parecida a la que hizo Fraga en 1989, hace ahora 30 años. Es en ese contexto en el que Ciudadanos juega un papel esencial para los poderes fácticos, tal como demuestra reiteradamente la Brigada Mediática anti-socialista, en su mayor parte muy ligados a la banca y al poder financiero en sus consejos de administración. Ciudadanos se convierte así en el partido político que dice representar a la “sociedad civil”, a “las mayorías silenciosas”, que según el mantra de los naranjitos ha llegado a la política para ser algo “nuevo”, “acabar con el bipartidismo”, “defender la unidad de España” y “el libre mercado”; es decir, que son los representantes en la tierra del establisment, de la clase dominante que al parecer anida en los cielos. 
Ocurre sin embargo que desde Hegel, la sociedad civil no son las personas, los ciudadanos, sino las organizaciones empresariales, las iglesias, los lobbies, los sindicatos y hasta las ONGs, es decir, todos aquellos grupos de intereses que establecen relaciones con el poder político en base a su posición y a la correlación de fuerzas que exista en cada momento. Esa sociedad civil actual tiene un liderazgo que nace del poder económico que atesora: el IBEX 35. No son representantes de personas, sino de intereses, fundamentalmente económicos. Confundir “sociedad civil” con “sociedad” es la muestra más evidente de la ignorancia que atesoran estos “nuevos” políticos de la derecha desconcertada.
Cuando a principios de 2018 las encuestas daban como posible ganador de unas elecciones a Ciudadanos, los máximos representantes de Telefónica, Endesa e Iberdrola mantuvieron reuniones secretas con Albert Rivera (9), pues querían conocer sus planes económicos. Ocurrió sin embargo que las previsiones electorales de 2018 se derrumbaron estrepitosamente en abril de 2019, ganó entonces con holgura el PSOE, el PP perdió la mitad de sus diputados y Ciudadanos no logró convertirse en el partido regenerador de la derecha españolista al quedar en tercer lugar. De ahí que los poderes económicos hayan modificado su plan y tengan como alternativa que el PSOE acepte gobernar con Ciudadanos, jugada imposible no solo porque Pedro Sánchez ya sabe cómo se las gastan tanto los del IBEX 35 como el partido naranja, sino sobre todo porque Albert Rivera se creyó los cantos de sirena que llegaban desde los grandes despachos antes de las pasadas elecciones generales y suponía prescindible al PSOE al creer que ganaría la derecha y que los votos obligarían tanto al PP como a VOX a nombrarle presidente de España. Iba a ser la feliz culminación de la jugada comenzada en Andalucía y con la que el “Trifachito” había conseguido desalojar a los socialistas comandados por Susana Díaz
Conviene concluir por tanto que ciertamente Ciudadanos no nació por iniciativa del IBEX 35, pero con la misma contundencia puede afirmarse que ha sido bendecido desde los despachos en los que anida el poder económico y financiero para defender sus intocables intereses en el caso de que el hundimiento del Partido Popular resulte ya irreversible a corto y medio plazos.




Y EN ASTURIAS…¿QUO VADIS, VÁZQUEZ?

Cuando se filtró a la prensa que Juan Vázquez, ex rector de la Universidad de Oviedo, iba a ser a sus 67 años la propuesta de Ciudadanos para Asturias, nadie interpretó ni por asomo que esa designación directa de Albert Rivera (lo de las Primarias celebradas posteriormente no dejó de ser una simpática broma al participar tan solo el 34 % de los afiliados) significase algo radicalmente distinto a lo ya conocido en la política regional desde décadas atrás, máxime cuando es de público conocimiento que Vázquez siempre se ha confesado socialdemócrata, que gran parte de su carrera profesional ha girado alrededor del socialismo asturiano, y que sin ir más lejos hasta hace cuatro días era quien dirigía un equipo de expertos cuya principal tarea era asesorar con diversos informes al Presidente del Principado de Asturias (10), aunque es bien cierto que en apenas unos meses parece haber sufrido una rápida mutación y ya en marzo aseguraba sin despeinarse que era el tiempo de “dejar de pensar las cosas y tratar de hacerlas”. 
Como ocultar ese pasado íntimamente ligado a los gobiernos socialistas resultaba imposible, Juan Vázquez optó por su reconocimiento -“he sido y soy socialdemócrata”, dijo en sus primeras declaraciones- para iniciar luego una estrategia basada en mensajes confusos de los que no podía desprenderse claramente si estaba más cerca de los socialistas o del Partido Popular, puesto que una veces aseguraba que era de “centro izquierda” pero otras aludía a “los partidos constitucionalistas” que según la doctrina de Ciudadanos son hoy por hoy exclusivamente el Partido Popular y Ciudadanos y no el PSOE, y es que Rivera ha sido muy claro en ese sentido: el Partido Socialista ya no defiende la Constitución democrática aprobada en 1978 y por tanto no cabe considerarle constitucionalista. 
Paradojas de la política: ese PSOE que tanto demoniza ahora Rivera, es el único que sigue defendiendo la Constitución aprobada por los cuatro grandes partidos estatales de entonces, puesto que los otros tres, la Unión del Centro Democrático de Adolfo Suárez, el Partido Comunista de España de Santiago Carrillo y la Alianza Popular de Manuel Fraga (pese a que en este caso 8 diputados votaron a favor, 5 en contra y 3 se abstuvieron) han desaparecido y son ya simple historia.
En ese laberinto en el que la confusión ideológica de Ciudadanos transita con un desparpajo que asombra, su candidato, Vázquez, ha intentado dar una de cal y otra de arena, “soy socialdemócrata pero de los de Felipe González”, “Ciudadanos no ha pactado con VOX en Andalucía”.  Vale, de acuerdo, pero entonces ¿con quién quiere pactar Vázquez en Asturias? Y es que no parece que el socialismo que hoy representa la FSA sea el de los años ochenta del pasado siglo XX por los que él parece sentir tanta nostalgia. 
De todas formas la terrible duda se la aclaró al candidato de Ciudadanos la siempre impetuosa dirigente de su partido Inés Arrimadas en Oviedo el pasado miércoles, 15 de mayo: “el PSOE, también en Asturias, tiende al pacto populista; priorizaremos un acuerdo con el Partido Popular”. 
Así pues, las cartas están echadas: El dúo Juan Vázquez-Ciudadanos, ya sea en la Junta General del Principado o en los Ayuntamientos tienen un socio prioritario: el Partido Popular. Que ya llegarán luego los primos-hermanos de Foro y sobre todo de Vox.



SÍ, NO, SÍ, NO… CUALQUIERA SABE

Ciudadanos dijo llegar a la política para “regenerarla” pero su práctica de los últimos años demuestra precisamente todo lo contrario. En la campaña electoral de 2016 Rivera aseguró que jamás apoyaría al PSOE y al PP para gobernar, pero poco después daba sus votos a Mariano Rajoy. Para justificarse dijo entonces que todo era debido a su ”capacidad” (sic) para pactar por igual con la derecha o la izquierda, pero también esa etapa parece haber llegado a su fin y ahora rechaza cualquier pacto que no sea con sus hermanos de sangre en la derecha. 
Lo verdaderamente cierto es que tras doce años de constantes virajes ideológicos el partido de Rivera ha entrado en una nueva fase: abominar definitivamente de la socialdemocracia y de las políticas progresistas, competir con el electorado de el PP y de VOX para intentar liderar la derecha, y finalmente acabar pactando con ellos cuando la ocasión lo requiere para evitar así gobiernos de izquierdas. 
Todo lo demás es vulgar verborrea evanescente o lo que aún es peor: simple petulancia basada en la ambición incontrolable y la sumisión tácita y expresa a quienes mueven los hilos. El viaje a ninguna parte.





(1) Los 15 intelectuales radicados en Cataluña que impulsaron el nacimiento de Ciudadanos fueron: Ferrán Toutain, Félix Pérez Romera, Francesa de Carreras, José Vicente Rodríguez Mora, Arcadi Espada, María Teresa Giménez Barbat, Carlos Trías, Ponç Puigdevall. Ana Nuño, Albert Boadella, Xavier Pericay, Félix de Azúa, Iván Tubau y Horacio Vázquez-Rial)
(2) En la clausura de ese congreso de Ciudadanos y para reivindicar su nueva mutación ideológica, Rivera dio muestras de su desconocimiento, no solo sobre las ideologías sino también sobre la historia. Dijo entonces: “Los liberales de Cádiz han vuelto para gobernar España”, apelando al espíritu de la Transición y al legado de Adolfo Suárez. ¿Los liberales de Cádiz eran ideológicamente como la UCD de Adolfo Suárez?
(3) La renuncia explícita al “laicismo”, aceptando el más aséptico “aconfesional”, trataba de evitar un debate del que Ciudadanos, dentro de su deriva derechista, quiere alejarse lo más posible, negándose a opinar sobre los colegios concertados que están en manos de la iglesia católica o incluso sobre la necesidad de las asignaturas de religión obligatorias.
(4) Declaraciones de Juan Carlos Girauta al diario El País. “El número uno por Toledo y exportador parlamentario reconoce que Ciudadanos es un zoo”. 18 de abril de 2019.
(5) El pacto entre el multimillonario irlandés y Albert Rivera fue gestionado por Julio Ariza, ex militante del PP y propietario del grupo de comunicación INTERECONOMÍA. El diario digital “El Plural” publicó una información en diciembre del año 2015 en la que se resumía el pacto existente entre Ariza y el PP de Rajoy para frenar el protagonismo de UPyD e impulsar Ciudadanos convirtiendo a ese partido en la “marca blanca” de la derecha y futuro aliado del PP para evitar el regreso del PSOE al Gobierno de España.
(6) Información publicada por Iván Villar en el diario El Comercio de Gijón el 14 de mayo de 2015.
(7) Albert Rivera negó siempre haber pertenecido a las juventudes del Partido Popular, sin embargo , primero "El Periódico" de Cataluña, y luego “El Confidencial” publicaron en abril de 2015 su ficha de afiliación, avalada por otros dos militantes del PP y firmada por el interesado con fecha 2 de septiembre de 2002.
(8) Artículo de Manuel Jabois en el diario “El Pais” titulado “Terapia para olvidar a tu ex”.  25 de abril de 2019
(9) Artículo de Agustín Marco en el diario digital “El Confidencial”, titulado “Los presidente del Ibex 35 se reúnen en secreto con Rivera por el auge de Ciudadanos”. 12 de marzo de 2018.
(10) Esa tarea de asesoramiento al jefe del ejecutivo regional Javier Fernández la realizó Juan Vázquez dirigiendo el Consejo Asesor de Asuntos Económicos del Principado.