miércoles, 19 de diciembre de 2018

SACERDOTE OBRERO, 
MISIONERO, 
POETA 
Y GUERRILLERO: 
40 AÑOS SIN GASPAR


Pedro Alberto Marcos

Coincidiendo con el cuarenta aniversario de la muerte en Nicaragua de Gaspar García Laviana la memoria parece haberse hecho verbo y también algunas acciones de reconocimiento que, digámoslo claramente, se echaban mucho en falta en Asturias, su tierra de origen.
Tras su muerte el 11 de diciembre de 1978 después de un enfrentamiento de la columna guerrillera que dirigía con las fuerzas del dictador Somoza en el municipio de Cárdenas, muy cerca de la frontera con Costa Rica, el Frente Sandinista le convirtió en uno de los mitos de la revolución, y pocos meses después, tras derrotar al último representante de la familia que había controlado el poder en Nicaragua durante 44 años -el somocismo-, se hicieron reportajes, se escribieron libros, se publicaron sus poemas y muchos colegios, centros culturales, plazas y calles pasaron a llevar su nombre. 
Pese a que han pasado cuatro décadas desde entonces, Gaspar continúa siendo en ese país centroamericano el referente de aquella fallida revolución, saltando incluso por encima de la cruda realidad actual, trágicamente reflejada en los recientes enfrentamientos entre el gobierno y buena parte de la población que se oponía a una reforma de la Seguridad Social impulsada por el presidente Daniel Ortega y finalmente retirada. 
Según un informe de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos, el balance de aquella lucha que mantuvo en jaque durante casi seis meses (abril/septiembre) a todo el país es dramático: 481 muertos, 3.062 heridos y 1.215 desaparecidos. La más que evidente división en las fuerzas sandinistas ante esos hechos, así como la crisis social que ha alcanzado a todas las instituciones del país, pero singularmente al Gobierno y a las fuerzas opositoras, no han puesto sin embargo en cuestión el legado de Gaspar, cuya memoria siguen defendiendo en Nicaragua todas las partes. El ejemplo del poeta, cura y guerrillero desbordó igualmente el ámbito regional y así acabaron publicándose libros biográficos y de sus poemas en Costa Rica, EE.UU. y España. 

¿Y en Asturias? ¿Cuál es aquí el reflejo político y social de este religioso nacido en Les Roces (San Martín del Rey Aurelio), criado en Tuilla (Langreo), y que tras una primera etapa de cura obrero en Madrid decidió irse a Centroamérica para hacer suyos los problemas de los campesinos explotados y hambrientos, sin trabajo ni atenciones sanitarias, sin derechos civiles, y con niñas obligadas a ejercer la prostitución con once y doce años?  

En una primera etapa, tras el impacto de su muerte en combate y con el tradicional espíritu solidario de los asturianos como bandera, la memoria de Gaspar contó con diversas iniciativas impulsadas por los Ayuntamientos de San Martin del Rey Aurelio, Langreo, Siero, Gijón, Oviedo y Avilés; se publicaron libros de poemas, “Poetas españoles. Ayuda a Nicaragua” (Alfaguara) y ”El fusil de la ternura” (COSAL Valle del Nalón); un pequeño monumento con un busto suyo le recuerda en el pueblo de Tuilla; asimismo, llevan su nombre calles de Langreo, Lugones, Oviedo, y Gijón; también se puso en marcha un certamen literario de efímera vida impulsado por sus vecinos del valle de La Güeria. 
En los años posteriores las iniciativas decayeron, y al margen de la ofrenda floral organizada cada año coincidiendo con la misa aniversario en la barriada que le vio crecer durante su infancia y adolescencia, tan solo un cortometraje, “Tierra de guerrilleros” (relato de ficción sobre Mata y Gaspar, dos mitos de la guerrilla nacidos en un mismo territorio) y sobre todo el documental “Gaspar, misionero y comandante sandinista”, impulsado desde la RTPA por Jose Ramón Pérez Ornia, permitieron mantener viva su memoria. En otro ámbito, más local, la Asociación de Amigos del valle de La Güeria y el Ayuntamiento de San Martin le recordaron con una placa en su casa natal de Les Roces, y dando su nombre, más tarde, a la senda que desde Carrocera atraviesa parte del ya mentado valle siguiendo la estela del antiguo ferrocarril hasta la mina de La Encarná. 
Sin embargo, tal como señalaba al principio, con este 40º aniversario de la muerte de García Laviana que hoy se conmemora, numerosas iniciativas, unas institucionales, otras privadas, están contribuyendo a recuperar su memoria. Así por ejemplo, apoyado por el Foro de Cristianos asturianos que lleva el nombre del cura sandinista, se publicó recientemente el libro “Gaspar García Laviana visto desde Asturias”, trabajo coordinado por José María Álvarez, Pipo, que ofrece una visión muy documentada y reflexiva en la que colaboran numerosos religiosos, periodistas y amigos personales de Gaspar, y que ha contado con la colaboración económica del Ayuntamiento de Langreo. Paralelamente, ese mismo Foro puso en marcha una recogida de firmas para solicitar al Ayuntamiento de San Martin que la biblioteca pública de El Entrego, y por extensión la Casa de la Cultura que la acoge, lleve el nombre de “Gaspar García Laviana”, propuesta aprobada por el pleno municipal y hecha efectiva el pasado mes de noviembre. 
Por otra parte, hace escasas semanas, salía también a la venta una publicación editada por COSAL, “Gaspar a tiempu completu”, en la que el dibujante Ruma Barbero da repaso mediante un cómic a la trayectoria vital del guerrillero. 
La última iniciativa sale a la venta hoy mismo: es la reedición del libro de poemas de Gaspar “Cantos de amor y guerra”, publicado por el Ministerio de Cultura de Nicaragua en el año 1979, poco después del triunfo sandinista, y que ahora sale con el sello de la editorial asturiana “Hoja de lata”. Esta nueva edición, iniciativa de Carmen Rodríguez Suárez, cuenta con un prólogo de Ernesto Cardenal, un epílogo de Gioconda Belli y una portada que es obra del dibujante asturiano, Premio Nacional del Cómic 2012, Alfonso Zapico.

Así pues, Ayuntamientos, sacerdotes progresistas, cristianos de base, creadores, periodistas, asociaciones culturales, vecinos, familiares y amigos han conseguido que este 40º aniversario de la muerte de Gaspar no pase desapercibido. 
Y a todo esto… ¿la Iglesia católica asturiana participa de alguna manera en este recordatorio de la muerte de uno de los suyos, sacerdote comprometido, misionero del Sagrado Corazón e incansable luchador contras las injusticias? Silencio. Hay antecedentes. Cuando se celebró, en diciembre de 1978, la misa funeral por García Laviana en Tuilla, allí estaban numerosos sacerdotes, también algún vicario episcopal, pero no el entonces arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán. Le habían invitado, incluso le habían escrito cartas, pero el arzobispo alegó no poder ir porque ese día estaba de ejercicios espirituales en Gijón. En el fondo latía la controversia sobre la actitud rebelde de Gaspar y cómo se interpretaba desde la jerarquía de la Iglesia su decisión de tomar las armas para luchar contra las injusticias. Reitero ¿Y la Iglesia asturiana actual? Otra vez silencio. 
11 de diciembre de 1978, lluvia incesante, caminos de barro, mucho frío. En un lugar llamado El Infierno, la columna guerrillera cae en una emboscada de la Guardia Nacional somocista. Tres muertos, uno de ellos es el comandante Martin (Gaspar).
Fue entonces cuando un poema escrito por el misionero asturiano y nicaragüense retumbó con estrépito atravesando todo el Frente Sur:

“A morir, a morir
Guerrillero,
que para subir
al cielo
hay que morir 
primero”  

(artículo publicado en el diario El Comercio el 11 de diciembre de 2018)



                       (Dibujo de Alfonso Zapico para la portada del libro de poemas "Cantos de amor y guerra", cuya primera edición la publicó el Ministerio de Cultura de Nicaragua tras el triunfo de la revolución sandinista,  y reeditado en diciembre de 2018 al cumplirse 40 años de la muerte de Gaspar García Laviana)