viernes, 22 de noviembre de 2013

VUELVE LA GAUCHE DIVINE?



Me dice un amigo resabiado y cabroncete que ha vuelto esa "izquierda divina" eternamente ensimismada, entusiasta a más no poder de pasarse las horas "reflexionando" (sic) sobre lo pijo que es todo el mundo que pulula a su alrededor; lo incultos que se han vuelto nuestros sindicalistas, los pobres, ignorantes ellos de que la clase obrera ya nunca podrá alcanzar el paraíso; y qué decir de esos tontoslababa que a estas alturas del negocio se comprometen a militar en un partido político -"hasta marcharse"-, con lo bien que queda escribir desde la equidistancia artículos y libros, esbozar ensayos que nunca son capaces de finalizar, claro; presentar conferencias de relumbrón, debatir con una birra en la mano sobre el eterno intríngulis de los "encabalgamientos poéticos", y actos creativos similares que tanto ayudan al desarrollo científico-técnico, tal y como nos aconsejaba la abuelita Marta Harnecker.

Toda esa caterva, tras sumirse durante un tiempo en el desconcierto al descubrir que la derecha española está dispuesta a cobrarse los réditos de una larga etapa bajo la égida del socialismo realmente existente, no ha dudado en desempolvar los ropajes viejos de papá; los efluvios de las noches salvajes que el hermano mayor arrastraba de madrugada a la habitación compartida; y hasta los tics del tío raro que regresó de París con el entrecejo fruncido al descubrir una triste realidad: que ni nosotros, los de entonces, ni tan siquiera ellos,  los de ahora, somos ya  los mismos.

Bienvenidos sean, pues, a esta realidad preñada de sinsustancias oníricas; de opinantes  circunspectos que arrasan todas las esquinas del ciberespacio con sus homilías plúmbeas; y de trapisondistas que votan a un partido y se cobijan en otro (¡lo hemos visto tantas veces ya!) bajo la disculpa de que tienen que sobrevivir.

Tan solo una recomendación, que además de seguir tocando los cojones con sus juegos florales para estar aquí, allá y acullá, y no perder comba, bien podrían echarle algo de humor a la cosa, ser... cómo decirlo..., menos estiradinos y dejar que la sonrisa aflore de vez en cuando. Un suponer, imitando a Albert Einstein quien pese a sobrellevar sobre sus hombros una pesada carga histórica universal nunca dudó sobre el papel inconmensurable de las pantuflas.


lunes, 4 de noviembre de 2013

EL ZORRO ROJO (según Paul Preston)


El político asturiano Santiago Carrillo murió en septiembre de 2012 y tan solo seis meses después salía a la venta el libro de Paul Preston titulado "EL ZORRO ROJO". Ciertamente, a eso se le llama rapidez, instinto editorial, o sentido de la oportunidad, aunque también alguien pueda hablar de oportunismo. Vale. Dado que Preston goza de reconocido prestigio como historiador de la guerra civil española me pareció razonable darle un margen de confianza pese a que otros trabajos suyos recientes, caso del libro dedicado al Rey Juan Carlos I, tiendan más a la lisonja que a profundizar sobre algunos asuntos que aún permanecen guardados bajo llave. Pero ya digo,  como al historiador nacido en Liverpool se le suponen la profesionalidad, las ganas y los medios para analizar a un personaje tan poliédrico como Carrillo,  me adentré sin más en las vicisitudes de ese a priori  sugerente "zorro rojo".

LA ALEGRE DESTRUCCIÓN
DE UN MITO DEL ANTIFRANQUISMO

Aún reconociendo el esfuerzo del amplio equipo de asesores e informadores (con el añadido de algún que otro chivato ocasional), así como la capacidad de Preston para moverse con soltura ante problemas de tanta enjundia como los diversos "ismos" que han acompañado el discurrir de la aventura comunista durante el siglo XX (leninismo, estalinismo, trostkismo, titismo, etc) el libro deja en evidencia una dato fundamental apenas se llevan leídas treinta páginas: para el historiador inglés hay pocas dudas de que Carrillo era un personaje ambicioso, oportunista, carente de principios y que no dudaba en traicionar a camaradas y amigos, e incluso, como es bien sabido, a su propio padre.
Así las cosas, el libro va deslizándose poco a poco por una pendiente en la que apenas si surgen pequeños obstáculos (de reconocimiento), con el objetivo de destruir por completo al personaje humano tras el que siempre emerge el político trapisondista y taimado. En ese sentido quizás deberían reconocérsele a Preston algunas de las actitudes poco edificantes que él mismo utiliza en la condena a Santiago Carrillo.

¿ERA EL PCE UN NIDO DE
ROJOS AMBICIOSOS
E INCOMPETENTES?

Aún reconociendo que la ideología comunista se vio sometida por el devenir de la historia a mil y una insuficiencias y contradicciones, e incluso a errores que arrastraron consigo tragedias deleznables (Stalin, Pol Pot, etc) resulta totalmente injusto descalificar el papel jugado por el PCE tras convertirse Santiago Carrillo en uno de sus jóvenes dirigentes durante la guerra civil, o cuando años más tarde, ya en la etapa clandestina, fue elegido secretario general.
Los posibles celos, miedos y ambiciones de un equipo dirigente nunca pueden llevarse por delante la capacidad de sacrificio, la generosidad y la honestidad personal de miles de militantes comunistas que, ignorando los posibles tejes manejes de sus referentes antifascistas exiliados, luchaban en España contra la dictadura, sufriendo una represión jalonada de despidos laborales, torturas, cárceles y hasta muerte. No me cabe la menor duda sobre el carácter autoritario de Carrillo, tampoco sobre su increíble capacidad para desdecirse de cualquier verdad inmutable con el mismo vigor e ímpetu con la que antes la defendía. Pero resumir todo su bagaje político en que era una puta mierda, y sobre todo dejar que el personaje se lleve por delante lo que significó el PCE en la lucha por la libertad de este país es algo que ninguna persona de bien puede aceptar.

DOLORES, PERLORA,
HISTORIAS QUE VUELVEN
PORQUE QUIZÁS NUNCA SE FUERON

Un último apunte. Mi opinión sobre este asunto no tiene nada que ver con las legítimas reflexiones que algunos teóricos pueden hacer sobre Carrillo, el PCE y el libro de Preston. Conocí al personaje poco después de su regreso del exilio y durante más de un año le acompañé siempre que venía a Asturias. Viví en primera persona la petición que le hizo la organización comunista asturiana para que dimitiese Dolores Ibárruri: Carrillo dio un "sí" inicial, convertido luego en "no" rotundo cuando le vio las orejas al lobo y sin sonrojarse un pelo terminó echándoles la culpa a los "que querían destruir a Dolores". También estuve presente en la conocida como "crisis de Perlora" en la que sin estar presente, el secretario general del PCE quiso liberarse de los llamados "picos de oro". Luego, pasados los años, convertido ya  el viejo líder en un "opinador" profesional  tuve oportunidad de entrevistarle en dos ocasiones.
Así las cosas, creo que este "Zorro Rojo" rezuma tanta inquina que resulta de escaso interés incluso para quienes llegamos a intuir hasta dónde estuvo dispuesto a llegar Santiago Carrillo para mantener su poder dentro del PCE tras el regreso del exilio, o posteriormente el lugar que él creía merecer en la historia de la tan discutida Transición política de la dictadura a la democracia.





 Nota.- Después de leer el libro quise revisar algunas declaraciones de Carrillo y me vino entonces a la memoria una historia que fue muy comentada durante los primeros años de la Transición cuando la extrema derecha escupía bilis por las paredes del metro de Madrid con pintadas en las que se anunciaba: "Vamos a matar al cerdo de Carrillo". Afortunadamente, y a diferencia de Preston, el ácrata de turno tenía sentido del humor y escribió debajo: "Cuidado Carrillo, te quieren matar al cerdo".
             

miércoles, 9 de octubre de 2013

LA ORDEN ES: ¡OLVÍDAME, VIDA MÍA!

Algunos albergaban dudas sobre cuánto tiempo había de pasar antes de que la derecha política española llamase al orden a la conocida como "brigada mediática" (el diario El Mundo, la COPE, RTVE, La Razón, el ABC, Intereconomía, etc) para poner coto a la sangría social y electoral que la corrupción está provocando en el Partido Popular según manifiestan todas las encuestas. Bueno, pues ya está en marcha la operación "Olvídame, vida mía" según la cual el PP no sabía que Bárcenas recibía dinero negro de diversos empresarios para financiar a su partido; tampoco que a los principales dirigentes les entregaban suculentos sobres con dinero fresco desde hace más de 20 años; además de ignorar, claro, qué es eso de la trama Gürtel o qué negocios mantenían Rita Barberá y el de los trajes con el yerno olímpico del Rey de España.
Esa operación diseñada desde La Moncloa para silenciar todo cuanto tiene que ver con Bárcenas no solo alcanza ya a los mentados medios de comunicación que le son propios a la derecha, sino también a quienes supuestamente estaban cerca del PSOE o cuanto menos intentaban mantener un comedido hálito de independencia. Al diario "El País", sumido en graves problemas financieros, los del PP le han echado una mano a través de Emilio Botín para que el banquero colabore en la refinanciación de la deuda de PRISA, lo que se ha hecho notar de inmediato en los contenidos del periódico como es fácil comprobar. Bárcenas es malo pero Rajoy no lo sabía. Y al grupo de Antena 3 le han pasado un doble aviso antes de cortar el grifo de la publicidad: los informativos y programas de debate deben moderarse y en la Sexta hay que poner coto a las ácidas criticas de programas como "El Intermedio".
Mención aparte se merece RTVE, hundida hasta límites insospechados su credibilidad por los comisarios políticos del PP; con pérdidas de audiencia que ni el fútbol televisado consigue atemperar; y con censuras encubiertas por justificaciones melifluas para conseguir que un programa de prestigio como "Informe Semanal" pase a emitirse de madrugada. Las manipulaciones mejor hacerlas a horas intempestivas no vaya a ser que alguien se de cuenta de que mienten como bellacos.
Del resto ya se ocupará el Fiscal General del Estado, o si este se despista el Presidente del Tribunal Constitucional, que para algo es militante clandestino del PP.
Lo dicho, la operación "Olvídame, vida mía" ya va viento en popa a toda vela, no corta el mar sino vuela, un velero bergantín. Hala.
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miércoles, 19 de junio de 2013

PENSAMIENTOS PRÓFUGOS

¿POR QUÉ PROTESTAN EN TURQUÍA?

Inicialmente lo hacen contra las pretensiones políticas del presidente Erdogán, entre las que destacan una serie de medidas que responden al ideario del islamismo conservador turco: más espacios públicos para la religión; menos consumo de alcohol; vuelta a la intolerancia con las minorías étnicas pero también con mayorías como las que representan las mujeres (no digamos ya contra las lesbianas y prostitutas); desprecio al sindicalismo; y sobre todo, temor ante la actitud reivindicativa de los jóvenes laicos pertenecientes a la clase media urbana.

viernes, 12 de abril de 2013

LA MONARQUÍA, LA REPÚBLICA Y EL HOMBRECILLO DE LA QUINTA DIMENSIÓN

LA INFANCIA RECUPERADA

De niño, llegada la noche, y sobre todo durante el invierno, en la casa de mis padres reinaba el aparato de radio colocado sobre la repisa de la cocina. Era pura magia, sí, sobre todo cuando comenzaba un serial en el que el llamado "Hombrecillo de la Quinta Dimensión" lograba trasladarnos a lugares lejanos, viajar por las galaxias, imaginando así una y mil aventuras de entusiasmo que chocaban a diario con una realidad dura, fría, plagada de silencios forzados, muy propia de la España de entonces sometida al franquismo.
Aquel aprendizaje para conseguir mundos paralelos, otras vidas que los ojos no ven pero que los sentidos llegan a intuir, y por supuesto recrear, me fue muy útil a largo de la vida. Un suponer, si por cuestiones de trabajo tenía que escuchar un largo discurso del prócer de turno, tantas veces inocuo, incluso mendaz, mi pensamiento conseguía resguardarse sin problemas en otros ámbitos más agradables mientras permanecía quieto, eso sí, con gesto atento, la mano en el mentón, como si nada.

LOS MEDIOS INFORMATIVOS

Últimamente, otra aplicación práctica de ese desvarío se ha hecho muy habitual en mi vida. Tiene que ver con las noticias que nos bombardean a diario desde los medios informativos, ese bla, bla, bla anunciando toda clase de males, que atenaza y frunce los ceños, que hace a la gente más desconfiada y rácana. En lo que a un servidor de ustedes respecta -y como bien saben los dos seguidores impertérritos de este blog al ser un asunto harto recurrente-, los que promueven esa táctica sibilina fracasan con estrépito: el bombardeo mediático me pilla siempre a destiempo porque leo los periódicos de papel con dos o tres días de retraso. Y así no hay manera de que me impresionen. Ojos que no ven, pies en polvorosa.

Y es que parto de un hecho contrastado: quienes difunden por tierra, mar y aire esas noticias atronantes no tienen en muchos casos ni repajolera idea del papel subsidiario que les toca jugar en la película, aunque también es verdad que a veces algunos se extralimiten en sus méritos con tal de acabar como vulgares mercenarios. Sea como fuere, evito matar al mensajero.
Porque si el verdadero problema son los mensajes, ese hit parade de la brutalidad que hoy nos deja sin respiración, un suponer, por los 105  asesinatos perpetrados en tan solo una noche de una estúpida guerra más alentada por la industria de armamento; la corruptela de 38 millones de euros escondidos por un cretino sinvergüenza en un paraíso fiscal; o las decisiones políticas que están dejando en el paro a más de 26 millones de personas en la Unión Europea, ese listado de maldades necesita  sin duda de un contrapunto, de una inflexión acomodaticia para evitar que la gente salga a la calle encolerizada y escorra a gorrazos a los corre-ve-y-diles de turno.

MAMA, COCO

Llegado a este punto,  cabe preguntarse ¿qué metodos utilizan entonces para anestesiar nuestras conciencias y voluntades? Y ahí es donde aparece el desvarío del que les hablaba antes. La ecuación que pulula por mi mente, heredera sin duda de aquellos tiempos del "Hombrecillo de la Quinta Dimensión", funciona más o menos así: Primero meten el miedo en el cuerpo a base de lanzar cada día media docena de malas noticias que logran paralizar a todo quisque y luego desvían la atención hacia otros ámbitos, casi siempre cercanos a lo virtual, que remiten al mundo del  espectáculo, al cotilleo, a esa basura comunicativa que encandila por igual al filósofo que se cree asediado en su caverna; a la joven peluquera que aspira a convertirse en "estrella de cine"; o al estudiante recién salido de la FP II que flipa al ver que los Matamoros, Belén Esteban, Mila Ximenez y compañía ganan más dinero en una hora de insultos a voz en grito en el "Sálvame" televisivo que trabajando él de tornero todo un año.

LA FAMILIA REAL

 Pese a todo, y afortunadamente, hay personas que logran ser inmunes ante la cataplasma-basura, es decir, gentes que aún conservan la capacidad de reflexionar y musitar quedamente para sus adentros:

-Meca..., si estoy en el paro o pasándolas canutas para llegar a fin de mes; si la vida según los informativos es puro vómito; y si el Gobierno del PP en vez de buscar soluciones no hace otra cosa que apretar y apretar hasta exprimir a la gente, comenzando sobre todo por los más débiles, entonces resulta que todo es una puta mierda y que habrá que hacer algo-.

¡Peligro! se dicen entonces los que tratan de controlar el cotarro, al tiempo que comentan al mandamás de turno:

- Gente que piensa, gente que se cabrea, gente que no está dispuesta a tragar con todo... mmmmmm... mala cosa, jefe-. 

Y es cuando como por arte de birlibirloque aparecen "otras" soluciones, "otras" posibilidades para canalizar la mala hostia y el cabreo tratando así de desviar el punto de mira. Un suponer, el rey, los Príncipes, una rubia a quien llaman Corinna,  los elefantes, las hijas o reinas madres que no se enteran de nada o los yernos trapisondistas. ¡Qué espectáculo! Años y años haciéndoles el rendibú, convirtiéndoles en "los más admirados", "los más queridos", y va ahora el personal y pone cara de sorpresa al "descubrir" que en la familia real española, además de ejercitar otras actividades varias, tienen líos de faldas y pantalones y hasta cagan y mean como todo el mundo. ¿El resultado? una caída en picado de su popularidad en las encuestas y que la gente no dude ya en mostrar indignación por las engañifas que protagoniza la familia real, convirtiéndoles así en el nuevo pim-pam-pum del circo patrio. El verbo hizo carne.

Ustedes sabrán disculparme pero en todo esto ¿no perciben una especie de rum-rum sospechoso, como si una vez más lo aparentemente "visible" y "evidente" no hiciesen otra cosa que esconder algo más "importante"? Así las cosas, ante ese, al parecer inevitable, ejercicio permanente de la duda recurro nuevamente al "Hombrecillo" del serial radiofónico y me voy por los cerros de Úbeda.

CONFESIÓN DE PARTE

Soy republicano. Y como en tantos otros casos del rojerío patrio, la aceptación sin entusiasmo alguno de la monarquía Juancarlista como mal menor fue consecuencia de la historia vivida, de los años de atraganto bajo el franquismo, y de la agitada Transición que los terroristas (ETA, GRAPO, la extrema derecha) convirtieron en un sin vivir, aunque luego se hablase de aquel periodo como de una especie de jijí, jajá, o sea, el paraíso por el que corrían rios de miel y los frutales daban oro, incienso y mirra. Mentira podrida, una vez más.
Es bien cierto que la vida de la familia real española ni me interesó ni me preocupó, si acaso en algunos momentos consiguió trasladarme hacia atrás en el tiempo, dada la densa y sobre todo reiterativa tradición de los Borbones por generar todo tipo de conflictos sin importarles las consecuencias. ¿Les resumo brevemente algunos antecedentes?:
-El melífluo Carlos IV vendió su título a Napoleón por una pasta gansa, mientras que su esposa Maria Luisa de Parma hacía, como era menester, lo que le daba la real gana.
-A Fernando VII le llamaban "El Felón" y con eso queda dicho todo.
-Maria Cristina, madre de Isabel, y regente de la corona, tuvo ocho hijos con un sargento de la Guardia Civil. ¿Y los negocios pecuniarios?: viento en popa, majestad.
-La misma Isabel disfrutó de amantes a tutiplén, siendo los más notables el general Serrano, a la sazón ministro de la Guerra, y el marques de Bedmar. La hija de Isabel, La Chata, consta aún hoy como "de padre desconocido".
-Respecto a los Alfonsos y sus atribuladas aventuras y desventuras -algún exilio incluido- punto en boca para no excederse en el contar, que sería mucho y poco edificante, pardiez.

LA EXTREMA DERECHA
Y LOS CORTESANOS

¿A qué viene pues ese "Ooooooh" de aparente sorpresa ante las multiples aventuras del rey (económicas, políticas, sexuales), la actitud silente de una reina conservadora como pocas, o las frecuentes meteduras de pata de buena parte de la familia? Que la monarquía es una antigualla histórica resulta evidente, otra cosa es que quienes lideran con entusiasmo su acoso y derribo sean la extrema derecha y ese pequeño grupo de "aristócratas y nobles" (sic) que tras el franquismo fracasaron en su intento de recuperar el papel de los antiguos cortesanos. Por favor, un poco de orden y no confundan, que una cosa es el republicanismo y otra el facherío soez y pestilente.
Aún y así resulta obvio que tras los últimos acontecimientos, los reyes de España, o quienes aspiran a sucederles, deberán someterse a un examen de grado permanente durante los próximos tiempos: debido a sus propios errores no tienen ya otra posibilidad. Y si llegado el momento los españoles consideran que la monarquía no responde a los intereses generales la respuesta es muy clara: referendum para optar entre una República democrática y la continuidad monárquica.
Como es público y notorio, hay sectores que no quieren ni oír hablar del asunto pero ¿de dónde nace y por qué se promueve esa especie de vértigo según el cual ha de verse como "inviable", "no conveniente" o incluso "peligrosa" esa posibilidad legal y racional? ¿no quedamos en que los españoles, tras casi 35 años de experiencia democrática, éramos ya mayores de edad? Pues que se note.
Siendo cierto que un sistema de gobierno basado en la República no garantiza por sí mismo la resolución de los problemas de los ciudadanos, no lo es menos que elegir mediante votación libre y secreta al Jefe del Estado indica madurez, compromiso cívico y sentido democrático. Así pues, menos lobos, Caperucita.

Dicho de otro modo: La Constitución democrática de 1978 reconoce en su artículo 1, punto 3, que la forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria. Bien. Nadie pone en duda que la Constitución necesita periódicamente cambios para adaptarla a las nuevas realidades (tal como se hizo no hace mucho tiempo por imposición de la Unión Europea). Bien. Llegados a este punto, y sin restarle un ápice al reconocimiento y respeto que a cualquier ciudadano pueda merecerle la monarquia por los servicios prestados, recupero de mis notas un breve texto que dice así:

 "Mi abuela Julia, la judía-extremeña, creía en el Dios que todo lo puede; mi padre, más dubitativo, solo confiaba en Alfredo Di Stéfano; y en esa deriva inevitable hacia ninguna parte, a mí solo me queda fiarlo todo al "hombrecillo de la Quinta Dimensión" y puesto que estamos en abril gritar: ¡Viva la República!"

¿Habrá quien entienda tanto desatino?


jueves, 21 de febrero de 2013

UN VIEJO TEATRO: LAS FALSAS SOMBRAS CHINESCAS (I)

Ahora que la actividad política parece condenada al más duro de los desprecios, cuando no al vilipendio puro y duro, quizás resulte interesante acotar algunos "argumentos" que ayuden a entender lo que está pasando, sobre todo porque buena parte de quienes se apuntan al bombardeo indiscriminado no nos explican ni el origen de tanto desatino ni tampoco cuáles son sus alternativas a esa situación. Hombre cabreado, hombre obnubilado.
Hay un hecho incontestable: parte de las normas por las que nos hemos regido en España desde el año 1978 están entredicho. Y en ese sentido se apunta acertadamente hacia determinados aspectos de la Constitución vigente; también a los agujeros negros de la Transición política que llevó a este país de una dictadura fascista a un régimen democrático; sin olvidar el evidente anquilosamiento en el que se encuentran algunos de los que han sido ejes fundamentales del sistema durante los últimos 35 años, a saber, la Corona, los partidos políticos, los agentes sociales, y el sistema judicial. Ese diagnóstico puede servir sin duda para atisbar algunas soluciones parciales pero en modo alguno permite comprender en sus verdaderos términos qué es lo que está pasando, máxime cuando esa crisis política no es exclusiva de España y sí tiene en cambio unas claras connotaciones globales.

 LA DERROTA DE LOS PAÍSES DEL ESTE Y EL TRIUNFO DEL CAPITALISMO NEOLIBERAL

 En ese sentido, el triunfo del poder económico neoliberal, máxime desde la caída del Muro de Berlín en el año 1989, ha permitido una total hegemonía de las fuerzas derechistas -proceso que se ha hecho harto evidente en la Unión Europea-, extremando sus actuaciones descontroladas para conseguir beneficios a corto plazo, incluso con la utilización de la guerra como negocio, y rompiendo con el equilibrio existente desde la Segunda Guerra Mundial gracias a los países defensores del Estado de Bienestar y a los partidos progresistas y de izquierdas que los apoyaban. Esa batalla, a la que en el aspecto ideológico no han sido ajenas las contradicciones de buena parte de la socialdemocracia europea, pero sobre todo la crisis económica que tuvo como punto de partida a las operaciones financieras especulativas estadounidenses (subprime) ayuda a comprender cuál fue el origen del camino seguido durante los últimos años hasta desembocar en el actual descrédito de la política.

 EL JUEGO DE LAS SOMBRAS Y LA MENTIRA POLÍTICA

 Y es que por debajo de la gran superesctructura que nos tutela, las fuerzas económicas internacionales cuentan con probos representantes que desde sus particulares cumbres (tantas veces borrascosas) llevan a cabo una función pedagógica indispensable para el buen resultado de los intereses que representan. Los más conocidos se llaman Cámeron o Merkel -como antaño lo fueron Thatcher o Busch- aunque también es verdad que muy cerca de ellos pululan otros más discretos, los llamados "técnicos", que son los que garantizan el buen funcionamiento del negocio y que incluso, llegado el momento, pueden ascender de categoría en la pirámide (Monti).
A medio camino entre los líderes políticos nacionales y esos bien amados técnicos "independientes", aún existe otro grupo de políticos igualmente derechistas, pero dotados de un lenguaje más aguerrido y pendenciero, y siempre dispuestos a la chanza y el escupitajo. Estos personajes tienen como característica común su desprecio por la verdad política, por la transparencia y por el respeto a las leyes, convirtiendo muchas veces a la democracia en un lodazal permanente, primero contra sus contrincantes políticos (ellos suelen llamarles "enemigos", utilizando así un lenguaje bélico), pero llegado el caso también contra sus propios correligionarios pues el ansia de poder que atesoran está muy por encima de cualquier asomo de ética. Son las mal llamadas "sombras chinescas".

 UN TÍPICO EJEMPLO ESPAÑOL: ESPERANZA AGUIRRE 

Ese juego de interponer las manos entre una fuente de luz y una pantalla cuenta en España con cualificados representantes neoliberales, cierto, pero pocas dudas hay de que Esperanza Aguirre, pepera de postín y tronío, ex ministra, ex senadora, y ex presidenta de la Comunidad de Madrid, es con mucho la más significada  de la tropa. A esta mujer le resultan divertidas las sombras chinescas porque la permiten jugar al gato y al ratón con quien le viene en gana, ya sean el enemigo izquierdista o los a su juicio melífluos dirigentes del partido al que pertenece. Solo José María Aznar y Mayor Oreja han rivalizado con ella a la hora de utilizar como arma política las descalificaciones, los insultos, y la más burda manipulación de las palabras con el único fin de mostrar su desprecio hacia los rojos en particular y a los discrepantes en general. La culminación excelsa de esa actitud teatrera innata, casi como un estreno de la nueva temporada, la llevó a cabo Esperanza Aguirre en septiembre del pasado año cuando en una puesta en escena digna de Pirandello, cercana al "Así es, si así os parece" montaje que "combina los estilos de la comedia, el drama, el teatro de tesis, filosófico, judicial, farsa, melodrama, tragedia y teatro clásico. Y todo ello genera que surjan oposiciones entre liberalismo y prefascismo, moralidad e inmoralidad, víctimas y verdugos, realidad y ficción, así como juicio y locura" (Ferrán Bono, dixit). Bien. Esperanza Aguirre anunció entonces con lágrimas en los ojos su marcha de la política, su renuncia "voluntaria" al poder, sin obviar ningún recurso ("Ustedes saben -dijo entonces- que tengo una enfermedad seria, de la que presuntamente estoy curada"). Pronto se vería que no era cierto, que todo era un juego de sombras, y que en cualquier momento volverá a estar presta para asaltar la Alcaldía de Madrid (su gran obsesión) o incluso La Moncloa.
Ciertamente, el juego de las sombras que tanto gusta a Esperanza Aguirre la ha permitido ocultar muchas realidades, y así bajo su manto crecieron durante años la trama "Gürtel", o el espionaje a muchos de sus consejeros, aunque también es verdad que ha sacado a pasear con frecuencia el desprecio más absoluto hacia la sanidad y la enseñanza públicas, y por supuesto al aún Presidente de los Empresarios madrileños y vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, ese "modelo" de buen español de derechas que aún hoy sigue pagando con dinero negro a muchos de sus más de 2.000 empleados. Esa mezcla de falsedad e hipocresía, con el único fin de conseguir imponer sus criterios derechistas, cuando no sus ambiciones personales, en nada contribuyen a dignificar la actividad política democrática. Son sin duda la herencia que aún debemos de soportar de la cultura heredada del pasado dictatorial. Por cierto, Esperanza no lo sabe, pero los orígenes de su afición teatral también son falsos. Las sombras en las que tanto gusta moverse no son originarias de China, sino de Java.