viernes, 17 de mayo de 2019


CIUDADANOS: 
¿EL VIAJE A NINGUNA PARTE?

Sobre los viajes políticos que se hacen eternos, los aguerridos tránsfugas y otras historias

POR PEDRO ALBERTO MARCOS

Discernir en los tiempos que corren entre el tránsfuga político, el aprendiz de metomentodo descerebrado, o la simple falta de educación democrática, resulta francamente difícil, pero nunca está de más intentarlo.
En tiempos pretéritos, allá por los albores de la Transición, cuando creíamos ingenuamente que una vez muerto el perro se acabaría la rabia, esas situaciones y algunas otras igualmente evidentes por descarnadas, no figuraban en el capítulo de las preocupaciones. El trepa, el chaquetero, el tiralevitas, el acomodaticio, o los que intentaban flotar como un corcho, formaban parte de una amplia lista en la que eran conocidos y reconocidos, estaban localizados y solo engañaban a los que querían ser engañados. La democracia acabaría reeducándoles, decían. 
Tal vez como antídoto, en la sociedad de aquel tiempo anidaba también una especie de encabronamiento generalizado que sancionaba esas actitudes con el desprecio más rimbombante. Que alguien fuese franquista se admitía como una realidad inevitable, pero que un franquista de toda la vida se acostase facha y se levantase de pronto demócrata e incluso intentase dar lecciones a los demás sobre el asunto en cuestión, provocaba hilaridad, cachondeo, mucho jijí-jajá, y cuantos cortes de manga fuesen precisos. 
Lo curioso del caso es que más de 40 años después y tras superar la democracia española numerosas barricadas (intentos de golpes de estado, terrorismo, crisis de diverso pelaje, etc) hay actitudes sobre las que bien merece la pena reflexionar. Un suponer: cuáles son las bases ideológicas de algunos partidos, cómo organizan a sus representantes públicos y de qué forma pretenden convencernos de que son “lo nuevo” y “lo moderno”. 

Fijémonos en Ciudadanos, que cuando nació como partido político en junio del 2006 era “Ciutadans” y cuyo origen fueron un “un grupo de quince intelectuales, profesores universitarios y profesionales de diversos campos” (1) en el ámbito de Cataluña. Los analistas políticos añaden, no sin benevolencia, que “en sus inicios (fue) considerado un partido de centro, (mientras que) en la actualidad se sitúa en el centro derecha del espectro político”.  Hablemos por tanto de ideología.
En ese primer congreso de hace trece años se dio una circunstancia que de alguna manera definía ya la futura forma de hacer e interpretar qué es la política para un partido “nuevo” y sin cultura democrática fehaciente: la Presidencia del partido fue para un desconocido abogado, de 26 años, tras ser elegido bajo la insólita fórmula de un sorteo por orden alfabético de los nombres. Albert comenzaba por la A y por tanto Rivera pasó a ser el máximo responsable. Lo mismo ocurrió con el secretario general, también gracias a la A, cargo que fue para Antonio Robles Almeida. 
De aquella primera etapa del partido naranja se recuerda el papel jugado por Rivera como candidato a la Presidencia de la Generalitat de Catalunya, no por las propuestas electorales y sí por el cartel que mostraba su figura y en el que aparecía parcialmente desnudo.

                                     
                                      El desnudo electoral como novedad

Es cierto por otra parte que Ciudadanos evitó definirse en un principio dentro del esquema izquierda/derecha, y aunque aseguraba defender criterios cercanos a la socialdemocracia y al laicismo, más bien decía identificarse “por hacer frente al ahogo que para el conjunto de la sociedad catalana suponen las políticas nacionalistas identitarias”, es decir, que desde sus orígenes las dudas ideológicas que se planteaban como partido de centro, intentaban compensarse mediante un enfrentamiento radical con los nacionalismos periféricos. Como luego se vería, con los nacionalismos españolistas, incluidos los más radicales, la historia acabaría siendo bien distinta. Pero no adelantemos acontecimientos.

EL BREVE FERVOR SOCIALDEMOCRATA

En su segundo congreso celebrado en junio de 2007 Ciudadanos acordó definirse como “de centroizquierda”, añadiendo además que era un partido constitucionalista, postnacionalista, socialdemócrata, laico, liberal y progresista (2). Un partido “atrapatodo”, dijeron entonces los más críticos.
Curiosamente, en el año 2009 ya saltaron algunas alarmas cuando Ciudadanos decidió presentarse a las elecciones europeas formando candidatura con un partido ultraderechista y euroescéptico. El experimento fue un fracaso absoluto y Ciudadanos no consiguió ningún representante en el Parlamento de Estrasburgo. Rivera pidió perdón por el grave error estratégico que habían cometido al ir de comparsa con la extrema derecha y un año después, entrevistado por Iñaki Gabilondo en CNN+ reiteraba pomposamente que Ciudadanos seguía siendo un partido que oscilaba entre dos corrientes, “el liberalismo social y la socialdemocracia”.
No obstante, esa pulsión por querer abarcar todas las ideologías que Rivera pretendía darle a su partido, dejó por el camino otros hechos igualmente singulares, por ejemplo cuando en el año 2013 crearon la plataforma “Movimiento Ciudadano”, intentando así impulsar su proyecto fuera de Cataluña; se hizo público entonces un manifiesto para movilizar a la “mayoría silenciosa” (sic) y entre los firmantes figuraba  un tal Santiago Abascal, que por entonces ya había dejado de militar en el Partido Popular pero que aún no había creado VOX. El 12 de octubre de 2012, Ciudadanos celebra el día de la Hispanidad con una concentración en Barcelona y allí aparecen en comandita Rivera y Abascal, quien subirá a Twiter una fotografía del acontecimiento con “su buen amigo” Albert.

                           Santiago Abascal y Albert Rivera en el año 2012

Pero el escaso crecimiento del partido fuera de Cataluña y sobre todo la paulatina pérdida de apoyos (entre las elecciones del año 2015 y del 2016, en apenas seis meses Ciudadanos se dejó por el camino 400.000 votos), obligan a una refundación a comienzos de 2017, abandonando definitivamente todo atisbo de relación con el socialismo democrático y el laicismo, y proclamándose ya exclusivamente “un partido de centro, constitucionalista, liberal, aconfesional, demócrata y progresista(3), apoyando la propuesta de su líder, Albert Rivera. No le resultó fácil el camino, no obstante: en el Consejo General del partido, el abandono de la socialdemocracia se aprobó con tan solo tres votos de diferencia (20 votos a favor de mantener el ideario anterior, 23 en contra y 2 en blanco), provocando una fuerte contestación interna liderada, entre otros, por  el diputado Jordi Cañas y la eurodiputada Carolina Punset.
En ese tránsito del centro izquierda al centro derecha, Ciudadanos dejo en evidencia su endeblez y dudas ideológicas, claramente escenificadas en febrero de 2019 cuando acudió junto al Partido Popular y a VOX a concentrarse en la plaza de Colón, en Madrid, para protestar contra el Gobierno socialista de Pedro Sánchez. La foto “de familia” en la que Rivera aparecía junto a Pablo Casado (PP) y Santiago Abascal (VOX) mostraba con toda crudeza la deriva ideológica de un partido que en sus comienzos aseguraba haber llegado a la política española para “regenerar la democracia” y luchar contra “los extremismos”. Muy rápido fue el cambio sin embargo. En Andalucía no dudaron en mostrar que para Ciudadanos era más importante tocar poder, es decir gobernar, que mantenerse al margen de la corrupción sistémica representada por el Partido Popular o de la xenofobia y el racismo de la extrema derecha representada por VOX, y numerosos hechos posteriores no han hecho más que confirmar que aquella foto en Madrid del “trifachito” (con el añadido de un cuarto invitado: Foro Asturias) era en realidad la confirmación de “otra” nueva etapa en ese al parecer inacabable viaje de Ciudadanos por el minado campo de las ideologías.
El que fue durante una breve etapa portavoz de Ciudadanos en las Cortes Valencianas, Alexis Marí, y que  junto con otros tres diputados acabaría fuera del partido, no dudaba en expresar su desconcierto con estas palabras: “nos acostamos siendo socialdemócratas y nos levantamos siendo ultraliberales”. 

                             La foto de Colón: VOX, PP, Foro y Ciudadanos

LAS MENTIRAS POLÍTICAS DE LA DERECHA
Y EL PAPEL DE LOS TRÁNSFUGAS
La mentira de que Pedro Sánchez había pactado con los enemigos de la Constitución para que se aprobase la moción de censura que acabaría desalojando al PP del Gobierno fue un mantra utilizado profusamente tanto por Ciudadanos como por el Partido Popular ¿Tal vez un intento de última hora para evitar la derrota de la derecha en las pasadas elecciones generales? Pues posiblemente no porque el asunto venía de lejos. Un ex militante socialista, convertido de pronto en un radical de derechas con una tarea concreta, desenmascarar las “mentiras” (sic) del PSOE, de nombre Juan Carlos Girauta, lanzaba un twit lapidario en plena agitación anti socialista: “El PSOE solo podrá gobernar con separatistas y comunistas. Piensa en ello”. Resulta curioso lo de “comunistas” cuando es evidente que desde hace años no existe en España ningún partido con representación parlamentaria que responda, ni por asomo, a la vieja ideología abanderada en su momento por el PCE y luego, durante un breve tránsito y tan solo parcialmente, por Izquierda Unida. Pero a Girauta eso le da igual, acusa al PSOE de mentir porque es precisamente él quien utiliza la mentira como arma política desesperada. Colaborador habitual de medios de comunicación tan reputados en la defensa de las libertades y del progreso social como ABC, COPE, 8tv, Libertad Digital y esRadio, de Girauta lo más suave que puede decirse es que el tiempo le ha convertido en un tránsfuga consumado: militó en la maoista Joven Guardia Roja, luego hasta 1986 en el PSC, y posteriormente se fue al PP, partido con el que no consiguió ser elegido en tres convocatorias electorales: municipales en Castelló d’Empuries, año 2003;  diputado al Parlamento de Cataluña, año 2003; y candidato al Congreso de los Diputados por Gerona en el año 2004. Girauta, alentó la teoría de la conspiración del 11M de 2004 defendida por Aznar y todo el PP, aunque finalmente recaló en Ciudadanos presentándose a las Elecciones Europeas en el año 2014 y siendo elegido eurodiputado.  
Recapitulemos el viaje ideológico del inefable Girauta para evitar equívocos: Joven Guardia Roja, Partido de los Socialistas de Cataluña, Partido Popular y, por ahora, Ciudadanos, es decir, cuatro organizaciones políticas y un solo dios verdadero: el transfuguismo. 
En el actual 2019 este buen señor se presentó a las primarias para ser candidato de Ciudadanos por Toledo en las Elecciones Generales, lo que provocó una grave crisis en ese partido con el abandono de más de la mitad de la agrupación de Talavera de la Reina por no estar de acuerdo con el intento. Como muestra de un peculiar sentido del humor, el mismo Girauta señalaría posteriormente en el diario El Pais que su partido, Ciudadanos, era “como un zoo” (4). Pues si hasta él lo dice…

   Un largo viaje: Girauta fue maoista, luego socialista, más tarde del PP y ahora de Ciudadanos


UN LISTADO QUE SE ANTOJA INTERMINABLE

Pero eso de potenciar el transfuguismo no es algo puntual en el partido que dirige Albert Rivera. En la anterior legislatura (2016-2019), nada menos que 11 de los 40 diputados de Ciudadanos, un 27 % del total, eran tránsfugas reconocidos, habiendo ocupado diversos cargos en UPyD, PSOE y PP. He aquí el listado:
- Fernando Navarro (UPyD) 
- Francisco Igea (ex miembro de la dirección de UPyD)
- Marta Martín Angulo (ex candidata al Parlamento Europeo UPyD)
- Toni Cantó (UPyD) 
- El ya mentado Juan Carlos Girauta (PSOE y PP)
- Fernando Maura (ex secretario general del PP en el Pais Vasco y diputado de esa formación desde 1990 hasta 2007)
- Luis Salvador (ex senador del PSOE)
- José Manuel Villegas (JJSS)
- Fidel Prieto (PSOE)
- Miguel Ángel Garaulet (PP). 
- Ignacio Prendes, ex líder de UPyD en Asturias, que se fue a Ciudadanos casi al mismo tiempo que era suspendido de militancia por transfuguismo en UPyD. 
Ciudadanos exige en sus estatutos llevar un mínimo de seis meses afiliado para poder presentarse a unas elecciones, pero ni en el caso de Prendes ni en el de muchos otros se cumplió esa norma. 

                                  Ignacio Prendes, diputado por Asturias

LAS ELECCIONES PRIMARIAS PARA ELEGIR CANDIDATOS
COMO UNA FUENTE CONTINUA DE PROBLEMAS
Por otra parte, las primarias ante las elecciones del 28 de abril de 2019 fueron un calvario para Ciudadanos, bien por llevarse a cabo votaciones bajo sospecha o simplemente por impedir que se presentasen candidatos que no eran del gusto de Albert Rivera, poniendo así entredicho su democracia interna. 
Algunos de esos casos ocuparon abundante espacio en los medios informativos, ya fuese en Madrid, Cataluña, Castilla y León, Castilla La Mancha, Málaga, Baleares, Galicia o Cantabria. 
Uno de los más notables fue el de Silvia Clemente, hasta febrero de 2019, Presidenta de las Cortes de Castilla y León en representación del Partido Popular.  El 21 de febrero hizo pública su renuncia tanto a la Presidencia, como al escaño y a la militancia en el PP, pero tan solo tres días después anunciaba su ingreso en Ciudadanos así como su candidatura a las primarias del partido naranja para presidir el gobierno de Castilla y León al contar con el apoyo de la dirección regional y nacional. Sin embargo todo el montaje se vino abajo al saberse que Silvia Clemente había ganado las primarias de forma fraudulenta tras recibir 82 votos de una misma persona, por lo que su intento de transfuguismo quedó en nada. 
-No fue menor el escándalo provocado por Ciudadanos con el fichaje express de Ángel Garrido, ex presidente de la Comunidad de Madrid por el Partido Popular, tan solo cuatro días antes de celebrarse las Elecciones Generales del 28 de abril. Garrido, que había sustituido a Cristina Cifuentes en mayo de 2018 por el escándalo del master y que dirigió la comunidad madrileña hasta el pasado 11 de abril, nunca había expresado la menor disidencia con la dirección del PP, y de hecho, cuando se hizo público que se iba a Ciudadanos, el B.O.E. ya había publicado su nombre como número cuatro de la candidatura de los Populares al Parlamento Europeo. Tras este repentino viaje, pasando en tan solo unas horas de un partido a otro, Garrido volverá a ser diputado en la Asamblea de Madrid al ocupar el puesto número 13 en la lista de Ciudadanos que se votará el próximo 26 de mayo. Lejos parecen quedar ya los tiempos en los que el nuevo militante criticaba en público “la evanescente ideología” del partido naranja que ahora le acoge con entusiasmo. Pese a que el “chotis” ha vuelto a ser la música de fondo en la política madrileña provocando todo tipo de emociones era difícil imaginar que la realidad llegara a convertirse en semejante vodevil.


Garrido y Cristina Cifuentes cuando eran del PP


Garrido abandona el PP y se va a Ciudadanos

LA CUADRATURA DEL CÍRCULO:
TRÁNSFUGAS DE DOBLE MILITANCIA
Y es que, ciertamente, hay gente que no corre, sino que más bien vuela, como por ejemplo Teresa Giménez Barbat. En el año 2016, la europarlamentaria de UPyD no llevaba ni dos semanas en el cargo cuando decidió pasarse a la delegación de Ciudadanos en la Cámara europea, con el añadido de que su decisión era mantener la militancia en ambos partidos. Por si las moscas. 
El caso es que la lista se agranda y en la candidatura de Ciudadanos al Parlamento Europeo florecen como por encanto los tránsfugas. Otro de los casos más notables es el de la ex portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados y ex secretaria de Estado, Soraya Rodríguez. El apoyo del Grupo Socialista al PP, absteniéndose en el Congreso durante la votación que daba la Presidencia del Gobierno a Mariano Rajoy, provocó heridas muy profundas pero fue también un revulsivo para el PSOE, devolviendo la dirección a Pedro Sánchez e iniciando una nueva etapa que acabaría llevándole a La Moncloa. Soraya Rodríguez nunca aceptó formar parte de la actual etapa socialista y sabía que su presencia en el partido como cargo público era, más que difícil, prácticamente imposible. ¿Qué hizo entonces? Esperar a que finalizase la legislatura con la disolución de las Cortes el 6 de marzo de 2019, y anunciar públicamente ese mismo día que se daba de baja del PSOE. De inmediato comenzaron los rumores que la situaban en Ciudadanos y si bien ella lo desmintió tímidamente al principio, cuatro semanas después, el 2 de abril, se anunciaba oficialmente su fichaje por Ciudadanos y que iría de número 3 de la candidatura europea.
Soraya Rodríguez había ocupado cargos públicos representando al PSOE desde el año 2000, es decir, 19 años.
¿Caben aún más “viajeros/tránsfugas” en el tren europeo de los naranjitos? Por supuesto que sí. Un suponer, don José Ramón Bauzá, ex presidente de las Islas Baleares, ex presidente regional del PP, ex alcalde, y ex senador, tan solo 48 años de vida pero en los que atesora ya 24 con cargos públicos. No caben las sorpresas: Bauzá es ahora el número 5 en la lista de Ciudadanos al parlamento europeo.
 Y la lista sigue. Joan Mesquida, 57 años, militante del PSOE, partido con el que fue sucesivamente: diputado regional, Consejero de Hacienda, diputado nacional, Director de Infraestructuras en el Ministerio de Defensa, Director General de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía, y finalmente Secretario de Estado de Turismo. El pasado año, en abril, se dio de baja del PSOE “por su apoyo al independentismo” y siete meses después anunciaba su nueva militancia en Ciudadanos. Desde el pasado 28 de abril, Mesquida es diputado en el Congreso por Baleares.


                        El ex presidente de Baleares con el PP, José Ramón Bauzá


                            Bauzá, tras fichar por Ciudadanos


LLEGAN LOS ULTRAS

-No fue menor el problema de Ciudadanos al visualizarse el hundimiento del PP a causa de la corrupción pues una de las consecuencias fue que de pronto comenzaron a llegar al partido de Rivera nuevos y entusiastas afiliados. Ya hemos visto que muchos llegaban para “colaborar con el proyecto” (sic), pero luego resultó que había también otras motivaciones. Y todo porque grupos ultraderechistas creyeron encontrar en el “nuevo” partido “atrapatatodo” el cauce ideal para mostrar sus poderes. Tal como avanzábamos al comienzo de este reportaje, algunos antecedentes ya habían mostrado ciertas contradicciones inconvenientes para un partido que se definía como socialdemócrata y progresista. En el año 2009 Rivera no tuvo ningún problema en acudir a las Elecciones Europeas dentro de una Plataforma llamada “Libertas” en la que participaban activamente grupos ultraderechistas europeos financiados por el multimillonario irlandés Declan Ganley, cuyo objetivo era llevar al Parlamento Europeo un grupo euroescéptico y anti abortista (5)
Al final, aquel viaje con la extrema derecha de Libertas fue un absoluto fracaso y la candidatura tan solo consiguió en España 22.903 votos, el 0,15 por % de los emitidos.
Esa misma conexión con la extrema derecha volvió a vivirse en Ciudadanos poco antes de las elecciones municipales y autonómicas del año 2015. Así, por ejemplo, en la candidatura al Ayuntamiento de Gijón, el número 11, Agustín Pérez Loriente, no dudó en presentarse públicamente como falangista y admirador de Adolf Hitler, de José Antonio Primo de Rivera y de la División Azul (6). No era el único: en Murcia el número 12 de la candidatura de Ciudadanos ya había sido candidato a la Presidencia de esa comunidad por Falange Española y de las JONS, formación con la que también se había presentado como candidato al Senado en el año 2008. En Totana, también en tierras murcianas, el número 2 de la candidatura naranja, Juan Carlos Carrillo, se definía igualmente como “falangista” en las redes sociales, mientras que en la localidad madrileña de Valdemoro, el número 10 al Ayuntamiento  ya había concurrido a otros comicios como militante de Falange Española Independiente y Falange Auténtica. Y en el mes de abril de 2015 la dirección de Ciudadanos se vio obligada a constituir una gestora en Getafe, tras comprobarse que un grupo de ex miembros de Falange y de España 2000, formaciones ambas de extrema derecha, intentaban controlar la agrupación.

 ALBERT RIVERA Y ROSA DÍEZ:
DOS PRECURSORES ENFRENTADOS
Ese trasvase continuo de personas que van de un partido a otro es para al Presidente de Ciudadanos no solo algo normal sino un impulso positivo, motivador, toda vez que él mismo ha sido protagonista de actitudes similares, sin duda legales, puede que en algunos casos también comprensibles, pero que no dejan de sorprender por la innegable volatilidad de las ideas que evidencian. Así, por ejemplo, Albert Rivera se afilió al sindicato socialista UGT en 2002, el mismo año en el que había solicitado su ingreso formal en las Juventudes del Partido Popular. Del sindicato se dio de baja en abril de 2018 por considerar que la UGT se había “politizado” mientras que su pertenencia al PP fue reiteradamente rechazada tanto por él como por sus portavoces, negativa que quedó en evidencia cuando primero “El Periódico” y luego “El Confidencial” hicieron pública una fotocopia de la ficha de afiliación correspondiente (7). 



Hay paradojas sin embargo. Y es que en este aquelarre de idas y venidas, de reafirmaciones altisonantes o huidas en desbandada, algunos nombres ya mostraban el camino. Un suponer, Rosa Díez,  militante de la UGT y del Partido Socialista de Euskadi, que fue consejera del Gobierno Vasco, portavoz socialista en el Parlamento Europeo, y aspirante fallida a la secretaría general del PSOE frente a Zapatero, Bono y Matilde Fernández. De posible jefa de un partido (si los militantes socialistas la hubiesen votado) a dejarle en la estacada siendo eurodiputada del PSOE y crear luego otro, Unión Progreso y Democracia (UPyD), del que ella fue jefa indiscutible pero al que también acabó abandonando al pedir su baja en el año 2016 después de una fuerte y autodestructiva derrota electoral y tras 32 años de vivir de la actividad política pública.
Así pues, Rosa Díez fue un caso verdaderamente ejemplar al ser primero impulsora y luego víctima del transfuguismo, en este ultimo caso a manos de Ciudadanos que acabó merendándose a UPyD. Fue sin duda una especie de fría venganza a cargo de Albert Rivera: cuando tan solo un mes después de abandonar el PSOE Rosa Díez puso en marcha UPyD no lo hizo en solitario sino acompañada de un centenar de militantes de Ciutadans que no estaban de acuerdo con Rivera en la forma de dirigir el partido nacido en Cataluña diez años antes.
Cuando en los días previos a las últimas elecciones generales del 28 de abril se conoció el salto inesperado de Ángel Garrido, ex Presidente de la Comunidad de Madrid por el PP y candidato de ese partido a las próximas elecciones, yéndose a Ciudadanos, la ex dirigente de UPyD fue lapidaria en sus opiniones: “Ir en la lista de un partido y pasarse luego a otro es puro transfuguismo. No habría tránsfugas si no hubiera partidos que promovieran y premiaran esa práctica”. 
Rosa Díez es hoy una persona muy cercana políticamente al Partido Popular. 

          Rosa Díez ex militante del PSOE, ex militante de UPyD, apoya ahora al PP


PARTIDO BUITRE/PARTIDO DE LOS INDIGNADOS

Como acertadamente dejó escrito el periodista Manuel Jabois (8), Ciudadanos corre el riegos de convertirse en el verdadero partido de los indignados, pero indignados porque les quitaron la silla, el cargo, el dinero, el pequeño o gran poder. 
Históricamente, en lo que se refiere a la recuperada democracia española, el transfuguismo comenzó con la UCD y al  grito del ¡sálvese quien pueda! de los franquistas (los famosos “cambios de chaqueta”), yendo a más con la voladura interna del partido de Adolfo Suárez.
Un interesante reportaje de José Antequera en Diario 16 (13 marzo 2019) permite profundizar sobre las prácticas más habituales de los tránsfugas, comenzando por el célebre “Tamayazo” cuando dos diputados socialistas, Eduardo Tamayo y Maria Teresa Sáez, le regalaron la presidencia de la Comunidad de Madrid a Esperanza Aguirre en el año 2003, con intervención desde las sombras de sectores empresariales ligados a la construcción. 
Hubo más casos de transfuguismo, protagonizados entonces por el PP: Eduardo Zaplana (hoy presunto delincuente económico y ante serios problemas con la justicia) llegó a la alcaldía de Benidorm en el año 1991 gracias al voto de una tránsfuga del PSPV, Maruja Sánchez.  
Otro periodista, que además ha dado reiteradas muestras de simpatía y apoyo a Albert Rivera, José Antonio Zarzalejos, escribía dos días antes de las pasadas Elecciones Generales lo siguiente: “El partido de Rivera se comporta como un receptor político de tránsfugas con escasísimo -¿nulo?- valor añadido y buitrea en términos políticos.” Y añadía, lapidario, aludiendo a casos como los de José Ramón Bauzá (ex PP), Soraya Rodriguez (ex PSOE) o Silvia Clemente (ex PP): “…estos fichajes tienen un denominador común: son políticos, por unas razones u otras, rebotados, (que) no guardan ni siquiera un periodo de carencia, un tiempo de duelo”.


       Soraya Rodriguez y Rivera tras anunciar la ex diputada socialista su acuerdo con Cs


¿QUIÉN APOYA A CIUDADANOS DESDE LAS SOMBRAS?
¿CUÁL ES EL PAPEL DE LOS LLAMADOS PODERES FÁCTICOS?

Es de público conocimiento que los poderes fácticos que de una u otra forma tutelan y muchas veces dirigen la vida económica, social y política española prefieren que gobierne la derecha y que para conseguir ese objetivo están dispuestos a modular sus apuestas y apoyos. Por razones ideológicas la opción habitual es un partido como el PP pero en situaciones como la actual están dispuestos a permitir gobiernos moderados de centro derecha. El PP es un partido desprestigiado por la corrupción y necesita a ojos vista una refundación parecida a la que hizo Fraga en 1989, hace ahora 30 años. Es en ese contexto en el que Ciudadanos juega un papel esencial para los poderes fácticos, tal como demuestra reiteradamente la Brigada Mediática anti-socialista, en su mayor parte muy ligados a la banca y al poder financiero en sus consejos de administración. Ciudadanos se convierte así en el partido político que dice representar a la “sociedad civil”, a “las mayorías silenciosas”, que según el mantra de los naranjitos ha llegado a la política para ser algo “nuevo”, “acabar con el bipartidismo”, “defender la unidad de España” y “el libre mercado”; es decir, que son los representantes en la tierra del establisment, de la clase dominante que al parecer anida en los cielos. 
Ocurre sin embargo que desde Hegel, la sociedad civil no son las personas, los ciudadanos, sino las organizaciones empresariales, las iglesias, los lobbies, los sindicatos y hasta las ONGs, es decir, todos aquellos grupos de intereses que establecen relaciones con el poder político en base a su posición y a la correlación de fuerzas que exista en cada momento. Esa sociedad civil actual tiene un liderazgo que nace del poder económico que atesora: el IBEX 35. No son representantes de personas, sino de intereses, fundamentalmente económicos. Confundir “sociedad civil” con “sociedad” es la muestra más evidente de la ignorancia que atesoran estos “nuevos” políticos de la derecha desconcertada.
Cuando a principios de 2018 las encuestas daban como posible ganador de unas elecciones a Ciudadanos, los máximos representantes de Telefónica, Endesa e Iberdrola mantuvieron reuniones secretas con Albert Rivera (9), pues querían conocer sus planes económicos. Ocurrió sin embargo que las previsiones electorales de 2018 se derrumbaron estrepitosamente en abril de 2019, ganó entonces con holgura el PSOE, el PP perdió la mitad de sus diputados y Ciudadanos no logró convertirse en el partido regenerador de la derecha españolista al quedar en tercer lugar. De ahí que los poderes económicos hayan modificado su plan y tengan como alternativa que el PSOE acepte gobernar con Ciudadanos, jugada imposible no solo porque Pedro Sánchez ya sabe cómo se las gastan tanto los del IBEX 35 como el partido naranja, sino sobre todo porque Albert Rivera se creyó los cantos de sirena que llegaban desde los grandes despachos antes de las pasadas elecciones generales y suponía prescindible al PSOE al creer que ganaría la derecha y que los votos obligarían tanto al PP como a VOX a nombrarle presidente de España. Iba a ser la feliz culminación de la jugada comenzada en Andalucía y con la que el “Trifachito” había conseguido desalojar a los socialistas comandados por Susana Díaz
Conviene concluir por tanto que ciertamente Ciudadanos no nació por iniciativa del IBEX 35, pero con la misma contundencia puede afirmarse que ha sido bendecido desde los despachos en los que anida el poder económico y financiero para defender sus intocables intereses en el caso de que el hundimiento del Partido Popular resulte ya irreversible a corto y medio plazos.




Y EN ASTURIAS…¿QUO VADIS, VÁZQUEZ?

Cuando se filtró a la prensa que Juan Vázquez, ex rector de la Universidad de Oviedo, iba a ser a sus 67 años la propuesta de Ciudadanos para Asturias, nadie interpretó ni por asomo que esa designación directa de Albert Rivera (lo de las Primarias celebradas posteriormente no dejó de ser una simpática broma al participar tan solo el 34 % de los afiliados) significase algo radicalmente distinto a lo ya conocido en la política regional desde décadas atrás, máxime cuando es de público conocimiento que Vázquez siempre se ha confesado socialdemócrata, que gran parte de su carrera profesional ha girado alrededor del socialismo asturiano, y que sin ir más lejos hasta hace cuatro días era quien dirigía un equipo de expertos cuya principal tarea era asesorar con diversos informes al Presidente del Principado de Asturias (10), aunque es bien cierto que en apenas unos meses parece haber sufrido una rápida mutación y ya en marzo aseguraba sin despeinarse que era el tiempo de “dejar de pensar las cosas y tratar de hacerlas”. 
Como ocultar ese pasado íntimamente ligado a los gobiernos socialistas resultaba imposible, Juan Vázquez optó por su reconocimiento -“he sido y soy socialdemócrata”, dijo en sus primeras declaraciones- para iniciar luego una estrategia basada en mensajes confusos de los que no podía desprenderse claramente si estaba más cerca de los socialistas o del Partido Popular, puesto que una veces aseguraba que era de “centro izquierda” pero otras aludía a “los partidos constitucionalistas” que según la doctrina de Ciudadanos son hoy por hoy exclusivamente el Partido Popular y Ciudadanos y no el PSOE, y es que Rivera ha sido muy claro en ese sentido: el Partido Socialista ya no defiende la Constitución democrática aprobada en 1978 y por tanto no cabe considerarle constitucionalista. 
Paradojas de la política: ese PSOE que tanto demoniza ahora Rivera, es el único que sigue defendiendo la Constitución aprobada por los cuatro grandes partidos estatales de entonces, puesto que los otros tres, la Unión del Centro Democrático de Adolfo Suárez, el Partido Comunista de España de Santiago Carrillo y la Alianza Popular de Manuel Fraga (pese a que en este caso 8 diputados votaron a favor, 5 en contra y 3 se abstuvieron) han desaparecido y son ya simple historia.
En ese laberinto en el que la confusión ideológica de Ciudadanos transita con un desparpajo que asombra, su candidato, Vázquez, ha intentado dar una de cal y otra de arena, “soy socialdemócrata pero de los de Felipe González”, “Ciudadanos no ha pactado con VOX en Andalucía”.  Vale, de acuerdo, pero entonces ¿con quién quiere pactar Vázquez en Asturias? Y es que no parece que el socialismo que hoy representa la FSA sea el de los años ochenta del pasado siglo XX por los que él parece sentir tanta nostalgia. 
De todas formas la terrible duda se la aclaró al candidato de Ciudadanos la siempre impetuosa dirigente de su partido Inés Arrimadas en Oviedo el pasado miércoles, 15 de mayo: “el PSOE, también en Asturias, tiende al pacto populista; priorizaremos un acuerdo con el Partido Popular”. 
Así pues, las cartas están echadas: El dúo Juan Vázquez-Ciudadanos, ya sea en la Junta General del Principado o en los Ayuntamientos tienen un socio prioritario: el Partido Popular. Que ya llegarán luego los primos-hermanos de Foro y sobre todo de Vox.



SÍ, NO, SÍ, NO… CUALQUIERA SABE

Ciudadanos dijo llegar a la política para “regenerarla” pero su práctica de los últimos años demuestra precisamente todo lo contrario. En la campaña electoral de 2016 Rivera aseguró que jamás apoyaría al PSOE y al PP para gobernar, pero poco después daba sus votos a Mariano Rajoy. Para justificarse dijo entonces que todo era debido a su ”capacidad” (sic) para pactar por igual con la derecha o la izquierda, pero también esa etapa parece haber llegado a su fin y ahora rechaza cualquier pacto que no sea con sus hermanos de sangre en la derecha. 
Lo verdaderamente cierto es que tras doce años de constantes virajes ideológicos el partido de Rivera ha entrado en una nueva fase: abominar definitivamente de la socialdemocracia y de las políticas progresistas, competir con el electorado de el PP y de VOX para intentar liderar la derecha, y finalmente acabar pactando con ellos cuando la ocasión lo requiere para evitar así gobiernos de izquierdas. 
Todo lo demás es vulgar verborrea evanescente o lo que aún es peor: simple petulancia basada en la ambición incontrolable y la sumisión tácita y expresa a quienes mueven los hilos. El viaje a ninguna parte.





(1) Los 15 intelectuales radicados en Cataluña que impulsaron el nacimiento de Ciudadanos fueron: Ferrán Toutain, Félix Pérez Romera, Francesa de Carreras, José Vicente Rodríguez Mora, Arcadi Espada, María Teresa Giménez Barbat, Carlos Trías, Ponç Puigdevall. Ana Nuño, Albert Boadella, Xavier Pericay, Félix de Azúa, Iván Tubau y Horacio Vázquez-Rial)
(2) En la clausura de ese congreso de Ciudadanos y para reivindicar su nueva mutación ideológica, Rivera dio muestras de su desconocimiento, no solo sobre las ideologías sino también sobre la historia. Dijo entonces: “Los liberales de Cádiz han vuelto para gobernar España”, apelando al espíritu de la Transición y al legado de Adolfo Suárez. ¿Los liberales de Cádiz eran ideológicamente como la UCD de Adolfo Suárez?
(3) La renuncia explícita al “laicismo”, aceptando el más aséptico “aconfesional”, trataba de evitar un debate del que Ciudadanos, dentro de su deriva derechista, quiere alejarse lo más posible, negándose a opinar sobre los colegios concertados que están en manos de la iglesia católica o incluso sobre la necesidad de las asignaturas de religión obligatorias.
(4) Declaraciones de Juan Carlos Girauta al diario El País. “El número uno por Toledo y exportador parlamentario reconoce que Ciudadanos es un zoo”. 18 de abril de 2019.
(5) El pacto entre el multimillonario irlandés y Albert Rivera fue gestionado por Julio Ariza, ex militante del PP y propietario del grupo de comunicación INTERECONOMÍA. El diario digital “El Plural” publicó una información en diciembre del año 2015 en la que se resumía el pacto existente entre Ariza y el PP de Rajoy para frenar el protagonismo de UPyD e impulsar Ciudadanos convirtiendo a ese partido en la “marca blanca” de la derecha y futuro aliado del PP para evitar el regreso del PSOE al Gobierno de España.
(6) Información publicada por Iván Villar en el diario El Comercio de Gijón el 14 de mayo de 2015.
(7) Albert Rivera negó siempre haber pertenecido a las juventudes del Partido Popular, sin embargo , primero "El Periódico" de Cataluña, y luego “El Confidencial” publicaron en abril de 2015 su ficha de afiliación, avalada por otros dos militantes del PP y firmada por el interesado con fecha 2 de septiembre de 2002.
(8) Artículo de Manuel Jabois en el diario “El Pais” titulado “Terapia para olvidar a tu ex”.  25 de abril de 2019
(9) Artículo de Agustín Marco en el diario digital “El Confidencial”, titulado “Los presidente del Ibex 35 se reúnen en secreto con Rivera por el auge de Ciudadanos”. 12 de marzo de 2018.
(10) Esa tarea de asesoramiento al jefe del ejecutivo regional Javier Fernández la realizó Juan Vázquez dirigiendo el Consejo Asesor de Asuntos Económicos del Principado.