jueves, 7 de abril de 2011

EL BAILE DE LOS MALDITOS

UNO
Un inmigrante ilegal -previsiblemente senegalés, como mi hermano Mohamed- reparte pequeños papeles blancos en la calle. Con letra apretujada, urgente, las misivas resumen ese estado de desesperanza que viene arrasando todo, para concluir luego en una advertencia: solo acudiendo a la pitonisa podremos combatir la incertidumbre. Sin tiempo para reaccionar me doy la vuelta y el inmigrante ilegal tiene ya extendida su mano.

DOS
Un arzobispo católico, apostólico, ¿y romano?, habla ante un público sumiso que le ríe las gracias  y le perdona las desgracias. Dice que "El dinero, el sexo y el poder son los nuevos dioses". ¿Nuevos?. Su iglesia, que antes también fue mía, atesora gran experiencia sobre todos esos asuntos terrenales. Pero el arzobispo católico, apostólico, ¿y romano?, parece ignorarlo. O lo que es peor, pretende ocultarlo.

Y TRES
Suena el viejo teléfono fijo que áun sobrevive en la casa y nadie se atreve a descolgarlo. ¿Quién será?. Pero cada cual sigue a su afán, salvo el perro que tras ponerse en pie parece pedir permiso con la mirada, como diciendo ¿puedo descolgarlo yo?, pero nadie le hace caso. Menuda historia la de un perro hablanco por teléfono.

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